Al Bat
Autoridad, franquicia: ¡por favor!
·
SOS: atiendan el
reclamo de que no se permita fumar en el Estadio Sonora.
Por Jesús Alberto Rubio.
Antes de entrar en materia, magnífico
el hecho de que hayan vuelto los Juegos de Estrellas en la LMP, incluso que los
jugadores hayan lucido sus uniformes sin parches publicitarios.
El nuevo estadio de los Yaquis, sí, un
excelentísimo escenario para lo que fue el encuentro estelar de media temporada
y ya veremos cuál sigue en la próxima edición.
El juego de softbol de leyendas, el
Derby de Jonrón que ganó Japhet Amador y el gran juego que quedó en manos de la
selección norte, fueron componentes del gran evento beisbolero que queda para
los anales de la historia por su exitoso regreso a la pelota invernal.
Enhorabuena, amigos.
¿Fumar?: ¡no fumar!
Volvamos al tema de hace dos días:
El doctor Jorge Cervantes Jáuregui,
desde la Universidad Autónoma de Guanajuato, sostiene: va nuestro apoyo
incondicional por la iniciativa de que los estadios de béisbol, así como otros
sitios donde se practica el deporte, sean espacios libres de humo de tabaco.
No hay mejor asociación entre el
deporte y la salud ¡que cuidar la salud!
Al hacerlo, se es congruente con lo
que ocurre en todos los sitios públicos en los que por ley, ya se ha erradicado
y la gente lo ha entendido en pro de la salud de los demás. Un cordial
saludo.
JULIO MAQUINAY:
Jesús Alberto, aprovecho la
oportunidad, para comentar en relación a lo molesto que es estar viendo el
juego de beisbol y que el aficionado enfrente de tu butaca se ponga a fumar.
Creo que nuevamente se ha perdido el
respeto, así como también el mal que causa a tantos aficionados --y sobre todo
niños-- que asistimos al béisbol.
Cómo nos gustaría que las autoridades
sanitarias intervinieran como sucede en otros estadios de béisbol de la LMP, o bien
que por lo menos el sonido local realizar llamados a ¡no fumar!
Respuesta: de acuerdo, Julio: si la franquicia o la liga deja hacer/deja pasar,
entonces debe accionar la autoridad de salud/sanitaria, como ya sucede en otros
escenarios. Primero está el respeto a la afición y en especial el cuidado de la
salud.
Precisamente, el colega y delegado de
la Asocrodes en Hermosillo, Rafael Rentería, esta mañana me expresó que
retomará este asunto para también hacer ver a las autoridades y a la propia
franquicia de Naranjeros la necesidad de que no se permita fumar en el Estadio
Sonora.
La misma opinión me dijeron ayer el
ingeniero Juan Antonio Jasso, Víctor Valencia Rodríguez, Lucy Peralta, Irma
Rosa Samaniego Cortez, Cesáreo Suárez Naranjo,
y los licenciados Alfonso Romero Huerta y Francisco Javier Martínez
Martínez.
¿Hay que seguir reiterándolo, señor
autoridad de salud?
¡Intervenga, no quede en evidencia!
Directiva Naranjera, ¡por favor!
JUAN CRUZ SANTACRUZ:
Estoy totalmente de acuerdo contigo,
amigo Julio Maquinay, Ya no aguanto los fumadores a mi alrededor en el estadio;
la última vez que asistí, estaba a mi lado derecho un muchacho muy joven que se
fumaba de a dos cigarros juntos y todos sus amigos festejándole “lo curado” que
se veía... y pues ya te imaginarás el humo que a todos nos afectaba.
BERNABÉ LÓPEZ PADILLA:
Además de prohibir que se fume, para
cuidar la salud también ojalá y haya alguien que evite el ruido que hacen los del sonido del
estadio. No dejan comentar las jugadas, menos platicar. Ellos se creen
estrellas del espectáculo y uno va a ver béisbol no a escuchar el ruido que
hacen y que no para en todo el juego. Al parecer en todas las plazas es lo
mismo, pero nadie hace nada para evitar esa molestia.
JUAN ANTONIO GARCÍA VILLA:
La noche del pasado viernes 25 de
noviembre falleció en La Habana Fidel Castro. Como la casi totalidad de los
cubanos, fue gran aficionado al beisbol. Verdaderamente le apasionaba la
pelota, como le llama la gente en Cuba al deporte rey. Hay quien incluso considera
que nada le habría gustado más al comandante Fidel que haber llegado a ser gran
estrella del beisbol. Pero lamentablemente para él, no fue así. Aunque hay
leyendas y anécdotas que de alguna manera reflejan ese ardiente deseo personal.
Voy a contar dos.
La primera la tomo del formidable
libro sobre la historia del beisbol cubano escrito por Roberto González,
eminente académico de la Universidad de Yale. Dice que cada vez que le
mencionaba a algún norteamericano que estaba escribiendo ese libro, lo primero
que a su vez le comentaba “era sobre las supuestas hazañas de Fidel
Castro en este deporte, y la ironía histórica de que, si los Senadores de
Washington o los Gigantes de Nueva York lo hubieran firmado en los años 40, la
Revolución cubana nunca habría ocurrido”.
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