Cuando los Yankees decidieron otorgarle una mega
extensión de contrato a Alex Rodríguez por allá en el invierno del 2007, lo
hicieron pensando que el entonces temible cañonero al final del convenio
tendría entre sus manos o estaría muy cerca de los récords de jonrones y
carreras producidas lo que hubiera generado un fenómeno mercadotécnico de
dimensiones multimillonarias.
Ante esta posibilidad, a los Steinbrenner no les
tembló la mano y le dieron el contrato más grande en la historia del Béisbol
hasta ese momento, la friolera de 275 millones de dólares por las próximas 10
temporadas.
En esos momentos el toletero de origen dominicano se
encontraba en los cuernos de la luna luego de vivir su mejor temporada al
promediar .314 y liderear las Mayores con 54 jonrones y 156 impulsadas, números
muy superiores a sus rivales de ambas ligas y que le valieron para ganar su
tercer trofeo MVP. Ese 2007 se convirtió en el “tumbabardas” más joven en
llegar a los 500 jonrones.
En plenitud de facultades, a sus 32 años y con 518
jonrones y 1484 carreras impulsadas en sus alforjas, todo indicaba que tenía
los argumentos y el tiempo suficiente para alcanzar y/o romper la marca de 763
cuadrangulares de Barry Bonds y de 2297 producidas de Hank Aaron.
Pero las cosas nunca volvieron a ser iguales…
Las temidas lesiones aparecieron, incluso debió
acudir al quirófano en varias ocasiones, para su mala fortuna no volvió a tener
una temporada completa, sin embargo, si las lesiones mermaron su producción,
hubo otro factor que caló mucho más en su figura y que termino por marcar su
carrera.
Cuando la cloaca de los esteroides exploto a mediados
de la década pasada, muchos jugadores estuvieron en el “ojo del huracán”, entre
ellos Rodríguez y sus impresionantes números. No fueron pocas las voces que
expresaban que el short stop convertido en tercera base le entro duro y sabroso
a los anabolicos, incluso a principios del 2009 Sports Illustred publicó
información que aseguraba que en el 2003 había dado positivo a 2 sustancias
prohibidas. Ante esta arremetida, la presión fue en aumento hasta el punto que
en febrero de ese año decidió limpiar su conciencia al aceptar que se dopo durante
las tres temporadas que estuvo con los Rangers de Texas del 2001 al 2003(periodo
en el que se presume muchos jugadores utilizaron esteroides según el reporte
Mitchell).
Un poco más relajado y con su cadera derecha recién
operada, avanzada la temporada del 2009 llego con nuevos bríos y ayudo a los
Yankees a ganar el campeonato obteniendo el ansiado anillo de campeón. El 2010
siguieron las molestias las cuales recrudecieron el 2012 teniendo que volver a
operarse pero ahora la cadera izquierda.
Para el 2013 nuevamente se le asocia con consumo de
esteroides pero ahora no solo eso, sino que también lo vincularon con una
empresa donde se elaboraban y distribuían estas sustancias y el aparecía como
inversionista y promotor de dichos productos “milagrosos”.
Lo que surgió después fue un vendaval de acusaciones,
demandas y juicios que terminaron cuando otra vez reconocio que volvió a incurrir
en el mismo pecado durante las temporadas del 2010 y 2012, aceptando también su
vínculo con la empresa Biogénesis. En esta ocasión el castigo fue ejemplar, 211
juegos de suspensión aunque luego bajo a 162, perdiéndose por completo la
temporada del 2014. Sobra decir que su imagen se fue por los suelos.
El 2015 pereció resurgir con una buena actuación, sin
embargo este 2016 nos mostró a un A-Rod con una notoria baja de nivel. Lo demás
ya todos lo conocemos.
Alex Rodríguez se equivocó y ha pagado bastante caro
sus errores, podrá tener carretadas de dinero pero ni con todo el oro del mundo
puede lavar su nombre, sin embargo, sentimos que MLB y la opinión pública se
han cargado la mano de más con este gran jugador que si bien llego a utilizar
esteroides no ha sido el único y si a otros se les ha perdonado y aceptado en
el entendido que quedaron con ese tache de por vida, no nos queda claro del
porque tanta enjundia en contra de Rodríguez, ya que nadie puede negar las
excelentes condiciones y talento que tuvo para jugar Béisbol.
Dicen que del amor al odio solo hay un paso y es
probable que la decepción que genero entre sus millones de admiradores fue tan
grande que termino provocando este repudio magnificado por MLB ante el temor
que otro jugador dopado superara esas míticas marcas, tal y como fue el caso de
Barry Bonds quién hizo pedazos el récord de jonrones de Hank Aaron; O tal vez
ante tanto escandaló en que se han visto inmiscuidos muchos jugadores de todos
los calibres, Rodríguez fue el ejemplo perfecto de que no hay intocables y que
las políticas antidoping y sus violaciones serán sancionadas de manera
contundente, por lo que el que se atreva a romperlas, ya sabe a qué se atiene.
Que si pudo llegar a ser el mejor, eso no lo sabremos
nunca, pero en algún punto de su carrera así lo parecía y puso a temblar a las “vacas sagradas del beisbol” al codearse
con los Cobb, Ruth, Gehrig, Williams, Mays, Mantle, Aaron y otros “guapos” que
han hecho historia en este deporte. Lamentablemente su legado será muy
cuestionado y se va del Béisbol por la puerta de atrás presionado por la
directiva de los Yankees quienes ante su bajo rendimiento lo orillaron al
retiro forzoso. Sus 696 cuadrangulares lo ubican en la cuarta posición en la
tabla de los mejores jonroneros de todos los tiempos y sus 2086 carreras
remolcadas lo colocan solo debajo de Hank Aaron y Babe Ruth.
Que tengan un excelente día.
Hermosillo, Sonora a 12 de agosto del 2016.
Dr. Tomas Alonso López Ríos.
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