ESTRELLAS DEL BÉISBOL
EL BÉISBOL DE LOS 1940s.
Por Héctor Barrios Fernández.
En 1941, los estadounidenses fueron a una guerra más, entre
tantas en su historia. Durante esa etapa, el béisbol fue de una
calidad inferior. Con la mayoría de los buenos jugadores en el
ejército, un puñado de hombres viejos, mermados en sus
facultades físicas o bien demasiado jóvenes, conformaron por
tres años, lo que se siguió llamando “Béisbol de Ligas
Mayores”.
Este béisbol fue caracterizado por bajos porcentajes de bateo,
de home runs y un inusual número de bases robadas por
jugadores de hasta treinta y siete años.
La estrategia salió al frente y esto siempre sucede cuando el
talento es escaso. A pesar de todo, el béisbol de esta etapa fue
tan divertido como cualquier otro. El
juego de los Williams,
DiMaggios, Fellers, Musials, que regresó en 1946, fue
diferente del que habían dejado cuatro años antes.
Había juegos por la noche y por esa razón o cualquier otra, los
porcentajes de bateo fueron más bajos.
Treinta y cinco jugadores habían bateado sobre .350 en los
diez años previos a la guerra, de 1932 a 1941, solamente ocho
lo harían diez años después de la guerra, de 1946 a 1955.
El estilo ofensivo impuesto por Babe Ruth, como el de Ted
Williams, dominó la última parte de la década. Los bateadores
fueron más selectivos en los lanzamientos y las bases por
bolas alcanzaron niveles sorprendentes.
Hubo un equipo en 1949 que entre sus lanzadores inicialistas
tuvo uno que caminó a 179 hombres en 196 innings, otro 123
en 214, y un tercero que pasaporteó a 138 en 275.
Su as del relevo caminó a 75 hombres en 135 innings y el resto
de los lanzadores anduvieron por el estilo. Ese equipo usó a
catorce lanzadores, de los cuales sólo uno dio menos de una
base por bolas por cada dos innings. Ese equipo fue el de los
Yankees de New York y ellos fueron los ganadores de la Serie
Mundial.
Por si fuera poco, al siguiente año, en 1950, sus lanzadores
otorgaron aún más bases por bolas, tres de sus ellos
promediaron 138 pasaportes, aun así, repitieron el título de las
Grandes Ligas.
En esta década de los 40s, vinieron al mundo los que después
serían estrellas del espectáculo, Willie Stargell, Tony Oliva,
Pete Rose, Bill Freehan, Tony Pérez, Joe Morgan, Ferguson
Jenkins, Tom Seaver, Steve Carlton, Rod Carew, Reggie
Jackson, Nolan Ryan, Johnny Bench, Mike Schmidt y otros.
291 557 norteamericanos al servicio de los ejércitos de ese
país, fueron muertos durante la segunda guerra mundial, lo
cual significó un número 18 veces mayor, que el total de
hombres que habían jugado en Grandes Ligas desde 1871. Ese
número de muertes representó menos del 2% del total de
personas que perdieron la vida en ese conflicto internacional
que nos mostró un poco del salvajismo humano.
Ajeno a la guerra, perdieron la vida, Walter Johnson,
Mordecai “Three Fingers” Brown, Joe Tinker, Babe Ruth,
Hack Wilson, cinco miembros del equipo de Duluth, en la
Northern League, murieron cuando el autobús en que
viajaban, chocó con otro camión, misma suerte corrieron
nueve miembros del equipo de Spokane, en la Western
International League, cuando su autobús volcó en la carretera.
La racha de 56 juegos seguidos conectando al menos un hit,
de Joe DiMaggio, finalizó el 17 de julio de 1941, el mismo día
se estaban sorteando en New York, a los jóvenes que pasarían
a formar parte del ejército para participar en la guerra, cada
número sacado de la urna, representaba sólo un hombre joven
y saludable que iría a pelearse con gente que no conocía, para
defender los intereses de gente que si se conocía pero no se
peleaba.
El segundo número seleccionado, el número 90, pertenecía a
uno de 21 años de edad llamado Joe DiMaggio. Ya
imaginaran Ustedes sobre cómo los medios abordaron el
asunto, sin embargo DiMaggio declaró que se sentía muy mal
de que la racha bateadora hubiera llegado a su fin.
A pesar de todo, la asistencia a los estadios en los 40s, fue de
138 millones de fanáticos, muy superior a la década anterior
que fue de 81 millones, los Yankees con 14 391 690 fueron
los reyes en asistencia, en 1948 los Indios de Cleveland,
metieron a 2 620 627 para ser la cifra más alta en un año, los
Cafés de San Luis fueron los más pobres.
Los que tuvieron el peor record en ganados y perdidos, fueron
los Phillies, 584-951.
Los Medias Rojas de los 40s, tuvieron un record fabuloso de
499-274 en Fenway Park, pero 355-409 en gira, la maldición
del Bambino ya tenía rato y ni idea tenían de lo que le faltaba
para llegar a su fin.
Los Cardenales tuvieron su mejor década, por el contrario los
Gigantes en ese tiempo de New York, tuvieron su peor. Los
Dodgers de Brooklyn de 1900 a 1939, tuvieron records
perdedores en cada década, pero con Larry McPhail y Leo
Durocher se convirtieron en un equipo ganador que ha durado
hasta nuestros días.
Los Cachorros de Chicago, fueron un equipo exitoso desde el
nacimiento de la Liga Nacional en 1876, sin embargo en 1947
comenzaron a fallar debido a un improductivo sistema de
sucursales donde desarrollaran talento propio.
Ted Williams (3) y Stan Musial (3), destacan como los
mejores jugadores cada año, aunque aparecen también Joe
DiMaggio, Johnny Mize, Luke Appling y Snuffy Stirnweiss.
En pitcheo destacaron, Bob Feller, Hal Newhouser, Warren
Sphan, Johnny Sain y otros.
Se rompió la barrera del color, los juegos nocturnos fueron
comunes, se asentó el sistema de sucursales y los managersjugadores
prácticamente desaparecieron.
Como dato curioso le diré que así como Roger Hornsby vino
en 1944 a la Liga Mexicana de Verano con “Azules” de
Veracruz, se presentó a batear en dos ocasiones, conectó un
doblete, produjo tres carreras, le otorgaron una base por bolas,
por cierto intencional, también en esta época, muchas estrellas
de Grandes Ligas jugaron en México.
También en 1966 con muchos años a cuestas, Warren Sphan,
uno de los mejores lanzadores en la historia del béisbol, lanzó
en dos juegos para los “Tigres” del México, ganó uno y perdió
otro. Otros como Bob Lemon, Whitey Ford y Don Larsen,
participaron en la vieja Liga de la Costa con Hermosillo,
Mazatlán y Cd. Obregón respectivamente.
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