De Highlanders… a Yankees de NY
Por Jesús Alberto Rubio.
Tocar el tema de los NYY por lo
general genera comentarios a granel y por algo será.
Si nos vamos al túnel del tiempo,
encontraremos que en 1903, cuando iniciaron las Series Mundiales, Ban Johnson,
a la sazón presidente de la Liga Americana y quien había tomado el control de
Baltimore por problemas con su mánager John McGraw, decidió enviar al equipo a
Nueva York.
Ahí, le dio el mando del equipo al
manager Clark Griffith para que impulsara en la Gran Urbe a la nueva
franquicia, entonces parcialmente en poder de la institución Tammany Hall, una
organización política –una máquina poderosa del Partido Demócrata-- fundada en
1786 e incorporada el 12 de mayo de 1789 como la Sociedad Tammany.
El primer escenario donde jugaron fue
el Hiltop Park, ubicado en lo más alto de una colina de Manhattan, por lo que
al equipo lo bautizaron como Highlanders (Montañeses), por estar el parque de
beisbol ubicado en la parte más alta de ese sector.
Incluso, se dice que ese mote también
fue en referencia al reconocido regimiento inglés conocido en ese entonces como
los Highlanders de Gordon.
Sin embargo, sucedió que en 1912 el
Hiltop Park de NY se incendió, de tal manera que los Gigantes de Nueva York
invitaron a los Montañeses a compartir el Polo Grounds ubicado en el mismo
barrio de Manhattan.
Además, por primera vez, el 11 de
abril de 1912, uniformaron al equipo con elegante franela de rayas azules.
Fue a partir de 1913 cuando los
colegas periodistas comenzaron a llamarlos Yankees, porque les resultaba muy
incómodo titular en la prensa la larga palabra Highlanders. (Les resultaba más corto
y cabía mejor en los titulares).
Ruppert & Houston
En todo este proceso, lo que también
trasciende es que la franquicia comenzó a escribir una gran historia a partir
de que Jake Jacob Ruppert, quien junto con Tillinghast “Til” Houston, la
compraron en 1915 a los propietarios originales del equipo --Franco J. Farrell
y William S. Devery--, en 460 mil dólares, grandiosa cantidad para ese tiempo.
Ruppert y Houston, reconstruirían al
conjunto, para ubicarlo a partir de la segunda década del siglo pasado en la
suprema imagen y nivel de triunfo.
Los NYY jugarían en el Polo Grounds
hasta 1920, ya que en 1923 se trasladaron al otro lado del río de Harlem, en el
Bronx.
Ese año, iba a arribar a la
franquicia quien se iba a convertir en un símbolo y héroe en la historia del
beisbol del famoso equipo de rayas: George Herman “Babe” Ruth.
La compra de su contrato ocurrió el 3
de enero de 1920 por 125 mil dólares y un bono de 300 mil al propietario de los
Red Sox, Harry H. Frazee.
Ruth llegó con una notable
trayectoria, en ese tiempo, como lanzador, debido especialmente a sus 23
triunfos en 1916 y 24 en 1917, además de que en dos Series Mundiales tuvo 3-0
con 0.87 de efectividad e incluso estableció la marca para su tiempo de 29
innings sin permitir anotación.
Pero, no crea que solamente sabía
lanzar y muy pronto demostró que con su bat al hombro era un potencial de
grandes dimensiones:
En su primer año, 1920, con los NYY,
apantalló al mundo beisbolero al conectar 54 jonrones, una inmensa marca
para la época, además de otra de slugging (.847); pegó .376 y encabezó al
circuito en producidas (137) y bases recibidas (148), además de anotar en 158
veces. El Babe, jugaba en el jardín derecho.
Hay quienes aseguran que sus proezas
y carisma limpiaron y salvaron la imagen del deporte, empañada cuando ocho
integrantes de los Medias Blancas de Chicago fueron acusados de venderse a los
apostadores en la Serie Mundial de 1919 contra Cincinnati.
Pero, esa fue otra historia.
Lo real y objetivo es que a partir de
aquel año de 1920, los Yankees de Nueva York iban a comenzar a impactar al
beisbol como toda una gran dinastía… sí, la que esperemos, como le dije ayer,
la valoren como se merece nuestros amigos Hal y Hank Steinbrenner.
Rodolfo Alcaraz Velázquez:
Ojala y los NYY resurjan. Después de
la época dorada que tuvieron con grandes estrellas y algunos futuros salones de
la fama, desde 2009 no ganan un banderín otoñal.
Ahora empiezan con unos jóvenes
prospectos encabezados por Gary Sánchez y Greg Bird, ayudados p or la
experiencia de Matt Holliday, Didi Gregourios, Starling Castro, Jacoby Ellsbury
y Brett Gardner en la ofensiva. Y en el pitcheo, Tanaka ocupará mucha ayuda de
Sabathia y Pineda.
Ojalá y esta sea una temporada de
resurgimiento para Sabathia que ya le hace falta. No estaría mal que fueran por
un pitcher de 10 a 15 ganados, para ayudar a la rotación. El bullpen lo
encabezan Betances y Chapman (ojo: Betances es el relevo que más lanzamientos
ha tenido en las últimas temporadas y hay que cuidarlo). De Chapman, usted lo
ven: un misil de la loma.
El material ahí está y esperamos
todos sus seguidores que este año peleen la División Este, muy peleada con
Azulejos, Orioles y Medias Rojas. Saludos profe Jesús Alberto Rubio Salazar.
LUIS ANTONIO VALENZUELA LUNA:
Totalmente de acuerdo con el Sr.
Alcaraz. Parece que la ofensiva se ve bien, pero el pitcheo abridor es la duda,
sobre todo Sabathia que según se dice ya venció su adicción al alcohol.
Esperemos que de la sorpresa el cuarto abridor y sobre todo que se mantengan
sanos.
EDUARDO ALMADA:
Jesús: Noté el comentario sobre el
"resurgimiento del beisbol boricua, lo cual es cierto desde el punto
deportivo; pero la asistencia este invierno nuevamente fue pésima. Ningún
equipo promedió siquiera 1,300, siendo que la cifra podría ser exagerada hacia
arriba. Dos no llegaron a 1,000: Caguas y Aguadilla.
Ok.
Ya veremos el próximo invierno, le
dije a Eduardo luego de lo hecho por Puerto Rico en la Serie del Caribe
(campeón) en Culiacán y en el WBC (subcampeón).
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