17 feb 2018

MI PUNTO DE VISTA POR: LUIS ALFONSO FELIX

En época donde al talento mexicano no le es tan fácil encontrar un espacio en rosters de organizaciones estadounidenses, hablando específicamente de un equipo de Grandes Ligas, resulta interesante y sobre todo agradable que el lanzador Jaime García se mantenga en el mejor beisbol del mundo y con un atractivo contrato de 8 millones de dólares por la temporada. 

El tamaulipeco ha llegado a los Azulejos de Toronto cuya franquicia tendrá a tres compatriotas en su nómina (Marco Estrada y Roberto Osuna los otros dos) que podría marcar historia de tanta sangre azteca en un mismo año. 

Jaime vivió un 2017 de poca estabilidad en un club y de resultados negativos en cuanto a ganados y perdidos. Comenzó jugando para los Bravos de Atlanta después de ocho años con Cardenales de San Luis (debutó con ellos en 2008), pasando luego a Minnesota donde tardó más en realizar su única apertura que en volver a empacar sus maletas para terminar en el Bronx con los Yanquis. 


El saltar de un equipo a otro podría deducirse que su brazo no resultaba tan confiable ni redituable para los cuerpos técnicos que se topó. Sin embargo, la oportunidad que Toronto le brinda y sobre todo con un jugoso sueldo a devengar, confirman que el mexicano tiene todavía el recurso y la capacidad de emular aquellas dos extraordinarias campañas con San Luis donde alcanzó el doble dígito (13) en victorias. 

García tiene un balance colectivo a favor que se convirtió precisamente en la llave que le abrió esta puerta con Azulejos con sus 67 triunfos a cambio de 55 derrotas. A sus 31 años y en una organización que lo ha contemplado para ser uno de sus abridores de cabecera, el nativo de Reynosa tiene un largo camino por recorrer y la oportunidad de arrojar resultados positivos que le permitan a Toronto pelear por un lugar en postemporada a esos Yankees que con la incorporación de Giancarlo Stanton lucen más poderosos de lo que ya anteriormente eran. 

“Cochito”.- Fue presentado en la capital del país Luis Alfonso Cruz como nuevo refuerzo de los Diablos Rojos del México, cuya franquicia ya no quiso voltear hacia atrás después del fracaso rotundo que tuvieron el año pasado jugando con puros nativos regresando al esquema de incorporar importados. 

El regreso del “Cochito” a la pelota mexicana será interesante luego de su paso por las Ligas Mayores y sus campañas en el lejano oriente, pero sobre todo, dejando abierta la posibilidad de que el nativo de Navojoa pueda regresar el invierno próximo a la Mexicana del Pacífico. 

Luis Alfonso no pudo ser convencido para jugar al menos el último mes de competencia con los Tomateros de Culiacán, cuya incorporación le habría dado la explosividad ofensiva de la que adoleció en gran número de juegos quienes a la postre terminaron adjudicándose la corona. 

El sonorense conserva todavía ese power que le conocimos y esa habilidad para fildear que lo llevó al mejor beisbol del mundo. Con los Diablos será un elemento muy valioso y a los Tomateros les quitará un peso de encima el invierno próximo. 
 

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