Los Leones tienen un exitoso regreso a casa y mandan la Serie del Rey al séptimo encuentro
Cuando la llovizna caía antes del pléibol, los aficionados, los fieles que están en las buenas y en las malas, querían comprar boletos para el Juego 7.
“¿Y si no hay?”, les dijo un revendedor. En la mente de muchos y de quien escribe, estaba tatuado desde hace días que los Leones alcanzarían el máximo de siete partidos.
Como dijo ese aficionado al revendedor, “claro que habrá”. Y sí, habrá.
Los Leones recuperaron el estado anímico, la sensibilidad que tiene este juego cuando lo juegas como se debe y vencieron 4-2 a los Sultanes de Monterrey para poner 3-3 la Serie del Rey.
La batalla por la corona de la Liga Mexicana se definirá en un partido que se antoja de altos vuelos.
Marco Tovar será el abridor de los regios y Yoanner Negrín por los de casa. Nunca los melenudos han llegado a un séptimo partido en casa y la única vez en esa instancia fue ante los Sultanes en Monterrey.
Soñar con ese “mañana” tuvo sus recompensas, pero antes tuvo su sacrificio monumental.
Apertura fugaz
Los Leones sufrieron increíblemente en Monterrey y se quedaron en desventaja. Y anoche igual se vieron en comunicaciones.
Quedaron abajo en el marcador y su abridor, José Samayoa, se fue a las duchas pronto.
No fue su noche. Pero los demás se metieron al juego. Carlos Frías llegó a la loma desde la tercera y caminó hasta la séptima con una heorica actuación.
Chad Gaudin igual se unió a la lista de héroes y sacó seis autes. Había que montarse en el caballo que va a la hacienda de los grandes. Lo hicieron.
Y a la ofensiva, prudentes, metódicamente mejores que el fin de semana de pesadilla en Nuevo León.
Una carrera en el segundo acto, aprovechando un error y un doblete de Walter Ibarra. Otra en la tercera, cuando Luis “Pepón” Juárez impulsó a Rubén Sosa con sacrificio, y dos más en la quinta. El Parque Kukulcán explotó en cada momento. Cada intentó fue un gozo enorme en un estadio que se llenó pese a la lluvia.
Esos fieles aficionados que sufrieron el fin de semana necesitaban un motivo para sonreir. Y lo lograron.
A seguir soñando
El sueño…Sí. Soñaron igual que los peloteros que dirige Roberto Vizcarra.
Frías y Gaudin en la loma. Jesús “Cacao” Valdez, “Pepón”, Sosa, Ibarra y todos los demás en lo que les correspondió. Todos fueron capaces de hacer realidad ese Juego 7.
Al final, cientos se formaron en las taquillas del gran estadio para comprar boletos.
Los que pensaron en el “mañana” irán hoy. Mereció la pena el sufrimiento.
Pero falta un partido para esa cuarta estrella en la historia del equipo, la meta que más sueñan los jugadores y sus aficionados.— Gaspar Silveira Malaver @silveirado
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