Al Bat
¡Felicidades, “Charrascas”!
Por Jesús Alberto Rubio.
Mis respetos y admiración:
Pedro “Charrascas” Ramírez, uno de los más notables
peloteros mexicanos de los años 40 y 50, con una
trayectoria de gran impacto que le llevó al Salón de la
Fama con sede en Monterrey, acaba de llegar, el 29 de
junio, ¡a sus 97 años de vida!
De Don Pedro, como le llamaron en la Liga de la Costa
del Pacífico cuando jugó con Los Mochis y Cd. Obregón,
ya le he contado que tuvo la oportunidad de llegar a las
Ligas Mayores con los Rojos de Cincinnati.
Sobre este pasaje, una ocasión nos contó que en su mejor
época de lanzador fue observado por el famosos scout Joe
Cambria, quien de inmediato le extendió un contrato para
que se reportara a Rochester, sucursal de los Rojos.
Sin embargo, “Charrascas” decidió quedarse
en México:
“me iban a pagar lo mismo que ganaba en nuestro
béisbol… y luego en esos años se vivía la incruenta II
Guerra Mundial…”.
En aquel 1943, el gran manager Lázaro Salazar lo invitó a
jugar con Marianao de La Habana, pero una lesión en su
codo derecho le hizo retornar a Veracruz, dejando marca
de 1-1.
Un jugador muy versátil
Pedro Ramírez Guerrero, a quien de adolescente le
apodaron “Charrascas” en su puerto natal, está
considerado como un beisbolista de la vieja guardia,
reconocido por su gran versatilidad como jugador de
cuadro, primera base, jardinero y pitcher.
“Fue lo mismo; le doy un empate, a mis etapas como
pitcher y jugador/bateador. En cada época siempre di mi
máximo esfuerzo por hacer el mejor trabajo dentro del
juego”, expresó.
Ganó la Triple Corona de Bateo
En el mismo circuito de la Costa ayudó a los Venados de
Mazatlán a que ganara el gallardete en 1945-46, siendo
esta su primera campaña en aquel inolvidable y fuerte
circuito invernal.
En la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) también fue gran
protagonista:
Por ejemplo, en 1948 jugando con los Pericos de Puebla:
se jugaba el partido por el título y Alfonso “La Tuza”
Ramírez tenía en la bolsa el choque ganando 2-1 en la
novena; empero, la historia se iba a escribir de manera
diferente:
Con dos fuera y hombre en base, apareció al bat nuestro
héroe veracruzano y vámonos, que le encuentra la bola a
“La Tuza” para enviarla tras la barda y con ello darle de
último momento el banderín a Puebla…¡ya se imaginará
cómo lo festejaron y cargaron en hombros por dentro y
fuera del estadio!
“Charrascas” Ramírez tiene en mente otras grandes
jornadas: cuando ganó 14 partidos con Torreón en 1946; o
aquella vez en que jugando con Obregón, en la Costa del
Pacífico, al final de la campaña se quedó corto al tratar de
ser campeón bat sobre Jack Graham, ya que en sus últimas
diez veces al bat sólo pegó un imparable cuando ya el
norteamericano había dejado la campaña.
También con el Águila de Veracruz fue todo un héroe para
la afición del viejo Parque Deportivo veracruzano.
“El béisbol era muy duro, con parques con torres de
alumbrado que parecían veladoras; con pelotas, spikes y
guantes que casi no servían y, en general, en una época en
que todos sentíamos que jugábamos en tiempos de
guerra…”.
“¡Ah… pero la afición cómo nos daba dinero cuando
pegábamos de jonrón o nos convertíamos en los héroes de
la jornada!”.
Pedro recuerda que su máximo salario de aquel entonces
fue alrededor de los 6,200 pesos, cifra muy alta por cierto
para su época, obviamente por estar ubicado como uno de
los mejores peloteros de aquellos años.
Con los Cañeros
Don Pedro nunca olvida otro momento en su trayectoria:
cuando jugando con los Cañeros de Los Mochis en la
temporada 1949-1950 perdieron ante Culiacán el
campeonato de la Liga de la Costa.
Citó que todo estaba listo para la celebración ya que
estaban a un juego de coronarse (3-1 a favor en la serie),
pero que sorprendentemente ¡perdieron los últimos tres!
Esa temporada, el mánager de los “Verdes” fue Luis
“Molinero” Montes de Oca, mientras que Manuel
“Shorty” Arroyo conseguía el bicampeonato con los
Tacuarineros.
Hoy al paso del tiempo, para el “Charrascas” Ramírez,
perder el campeonato fue algo inconcebible, sobre todo
por el gran equipo que tenían en esa temporada.
“En el sexto juego (segundo partido del domingo),
pudimos habernos coronado: ganábamos 3-2 con Memo
Luna en la loma, pero un “bombeadito” del “Chorejas”
Bravo atrás de la primera base, ya en la novena, le dio el
triunfo (5-4) a los “Culichis”. Al siguiente día, “Molinero”
le dio la pelota a Luna y caímos 5-2 y adiós título”.
Pedro “Charrascas” Ramírez afirma que “Molinero” se
pasó de bueno y confiado ya que Luna no tenía ni un día
de descanso. “Se la jugó… y perdimos”.
Considera que tuvieron equipo para ser los campeones,
con Juan Conde, Memo Luna, John Wright, Rodolfo
“Mulo” Alvarado y Bob Clear… y a la ofensiva, a Felipe
Montemayor, Jesús “Chanquilón” Díaz, Marvin Williams,
Raúl “Socio” Navarro, Héctor “La Comadre” Leal,
“Pollo” Lozano, Celso Zendejas, “Kelo” Cruz, Felipe
“Burro” Hernández… y él, en la primera.
En esa temporada, “Charrascas” fue campeón jonronero
(7), empatado con Lou Ortiz, así como en impulsadas (33).
Aquella temporada de 1950 vivió otro de sus mejores años
con los Cañeros de Los Mochis al ganar la Triple Corona
de Bateo. Luego pasó a los Yaquis de Ciudad Obregón y
fue campeón de carreras producidas en tres años
consecutivos.
Pedro “Charrascas” Ramírez vio nacer y ayudó a jóvenes
las entonces promesas como Moi y Ronnie Camacho,
entre otros, hoy también inmortales del Salón de la Fama.
Casi cuatro jonrones
Jugando en el viejo estadio de Mazatlán y vistiendo la
casaca de Cd. Obregón, en 1953, conectó tres
cuadrangulares y en otro de sus tablazos la pelota pegó
sobre la barda y se devolvió al campo, siendo puesto out
en la segunda base, de modo tal que junto con Barney “El
Grillo” Serrell pudo haberse convertido en aquella época
en el primer mexicano en pegar ¡cuatro jonrones en un
partido! (Serrell, con Obregón, los dio en partido de diez
entradas).
Los obuses se los pegó a Procopio Herrera (2) y el otro a
Dick “Siete Leguas” Hall, reduciendo en total cinco
carreras.
Con sus tres vuelacercas, empataba el récord de Jack
Graham, quien hizo el truco en la III temporada de la
Costa jugando la primera base con Culiacán.
En ese histórico encuentro contra los Venados, Don
Larsen, quien entonces pertenecía a la franquicia de los
Cafés de San Luis, fue
“Charrascas”, quien contrajo matrimonio en la ciudad
cañera con Aída Medina Mendiola, afirma que en su
trayectoria, Art Lilly fue su mejor mánager por la forma
inteligente, suave, para dirigirlo, “no así Clinton Courtney,
a quien reconozco como otro excelente timón, sólo con la
diferencia de que “era muy duro para mandar”.
Sobre el apodo que tiene don Pedro Ramírez Guerrero,
siempre lo recuerda:
“De niño, de seis-siete años, me la llevaba aquí en el
puerto en los campos de beisbol llaneros y profesionales.
Así conocí muy de cerca a jugadores del Águila como el
“Popeye” Salvatierra y “Taco” Martínez, entre otros
grandes de ese tiempo que jugaban en el desaparecido
parque “Jesús M. Aguirre”, enseguida de la escuela Naval.
Pero fíjate: Herminio Vélez, de la tienda de deportes “El
Tigre Deportes”, me regalaba trajes de beisbol viejos, ya
usados, los que me quedaban muy grandes para mi
cuerpo… por lo que al ver cómo me quedaban, no batalló
mucho para bautizarme como “Chucho El Roto”.
Pero señala que en esos días, uno líder de los
cinematografistas porteños que trabajaba en el Cine
Variedades, Manuel Hernández, al verlo traer y llevar los
bats y pelotas en el campo llanero, que existía a un lado
del Baluarte Santiago, de pronto, le llamó “Charrascas”.
¿Y la razón del apodo?:
“Resulta que ya había un niño al que le decían de ese
modo, pero ese día no había ido al juego y yo era el que
cargaba los bats…por lo que se le hizo muy fácil llamarme
como aquel chamaco… y desde entonces, todos
comenzaron a nombrarme de esa forma… y hasta la
fecha”.
El Espectador
En relación a ese capítulo, llegó a mi poder el No. 1 del
periódico mensual de nombre "El Espectador" editado en
el puerto de Veracruz, en el cual Pedro Ramírez platicó
que fue un niño pobre: “era bolerito y mi primer apodo fue
"Chucho el roto", poniéndomelo el señor Herminio Vélez
propietario de la tienda deportiva El Tigre Deportes”.
También contó que había un muchacho apodado
“Charrascas”, quien era el carga bates del equipo Cines y
Teatros de Manuel Hernández Jiménez, el cual entrenaba
atrás del baluarte Santiago en el campo llamado “El Pupa”
en donde jugaban los mejores peloteros de la ciudad
veracruzana.
“Siempre merodeaba el lugar donde jugaba Cines y
Teatros pero un día el batboy dejó de venir al juego y me
llamaron para que les ayudara como carga bates y desde
ese entonces agarró ese puesto y heredó el apodo de “El
Charrascas”.
En el mismo medio citó que a sus 16 años de edad fue don
Herminio Vélez quien le ofreció 200 pesos para lanzar en
el Istmo, después pasó a Xalapa, luego a Tuxpan, de ahí a
Álamo y por último a Poza Rica.
“Y cuando estaba en Poza Rica me llegó un telegrama
para que me trasladara a Córdoba y ahí comencé en mi
ascenso en el beisbol jugando para el equipo “Abejas”.
Los Mochis, 1951: Arriba: Manuel “Popeye” Salvatierra, Raúl Navarro, Bob
Clear, Pedro “Charrascas” Ramírez, Felipe “Burro” Hernández, “Mulo”
Alvarado, Molinero Montes de Oca, Felipe Montemayor y John Ray. Abajo:
“Pollo” Lozano, Vinicio García, Héctor Leal, Memo Luna, Celso Zendejas, “Kelo”
Cruz y Bob Richardson. (Foto tomada en Tijuana).
Chileros de Xalapa (1956-1957): Lupe Cancino Ronnie Camacho, “Calalo”
Estrada, Pedro “Charrascas” Ramírez, “Cubano” Morales, “Pollo” Lozano y Len
Tucker.
Al Recinto Sagrado
Por su notable trayectoria fue entronizado en el recinto
sagrado del béisbol mexicano en el año 2001,
Sus registros oficiales nos dicen que en la Liga Mexicana
de verano jugó con Azules de Veracruz (1946), México,
San Luis Potosí, Torreón, Puebla y el Águila de Veracruz,
participando en 13 temporadas en las que promedió .297.
Sólo como bateador, en 1949 pasó al Águila; en el 51 a los
Diablos y a partir del 52 de nuevo con los Rojos porteños
con quienes militó hasta 1955.
Como lanzador, de 1942 a 1948, tuvo marca de 51-48,
ganando una corona de ganados y perdidos con récord de
9-2 (1948) con el equipo de Puebla.
Además de su actuar en la Liga de la Costa del Pacífico, se
puede destacar su trayectoria en otros circuitos:
En 1945, en la Liga del Norte, con los Indios de Ciudad
Juárez, donde ganó diez y perdió dos juegos. También vio
acción en la Liga Invernal Veracruzana con Jalapa,
Tuberos y Jáltipan.
El colega historiador Cesáreo Suárez Naranjo me acaba de
enviar un texto, donde se lee: “lo conocí en la temporada
1948/49 de la Liga Invernal Veracruzana, jugando
(¡obviamente!) para el equipo del puerto jarocho. No
recuerdo, ahorita, el nombre del cuarto equipo, pues los
otros fueron Alvarado, campeón; y Cosamaloapan, 2o.
lugar... ¡muchas felicidades, a Pedro!”.
En la Liga Nacional de México jugó con el equipo de
Saltillo, donde fue líder de bateo con .345 y empujó más
de cien carreras en una temporada.
También en el 1946 accionó en la Liga Invernal
Venezolana, con Caracas.
Homenaje
En julio de 2014, el gobierno del Estado, a través del
Instituto Veracruzano del Deporte y en coordinación con
la directiva de los Rojos del Águila de Veracruz,
reconoció su trayectoria en un emotivo acto en el que se
acompañó de su esposa Aída.
El escenario, el Parque Deportivo Universitario Beto
Ávila. Ocurrió al finalizar la quinta entrada del segundo
juego entre los Diablos Rojos del México y los Rojos del
Águila.
Durante la breve pero significativa ceremonia, Luis Weller
Schaffer narró una breve semblanza del ex pelotero
veracruzano, de la cual destacó haber sido campeón con
los Rojos del Águila en 1952 cuando bateó para .355, con
19 cuadrangulares y 74 carreras producidas.
Sin duda, enorme pelotero mexicano, toda sencillez y don
de humanidad que le hace gozar su la aceptación, simpatía
y respeto de todos los que le ven, saludan, tratan y
conocen.
Desde Hermosillo… ¡muchas felicidades, Pedro!
PD: Agradezco al colega y amigo Jorge Ortega
Couttolenc por haberme enviado desde el puerto
jarocho la tarde del sábado la noticia del “cumple” de
don Pedro. Jorge, especializado en béisbol a través de
su prestigiada columna Séptima Entrada que publica
en el periódico Notiver, está por cumplir cuatro
décadas en el periodismo deportivo. Él es egresado de
la carrera de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la
Universidad Veracruzana; fue jefe de prensa y
anotador oficial del Club Águila de Veracruz hasta el
2017, es miembro elector del Salón de la Fama del
béisbol de México y actualmente es parte del “roster”
del Instituto Veracruzano del Deporte. Enhorabuena.
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