“El Efecto Sonora, El regreso de Blackley”
Desde su estrenó en la SC-2013, el Estadio Sonora enseño
que para volarse la barda en él, había que pegarle muy bien a “Doña Blanca”.
Recordamos que un día antes de arrancar el Clásico
Caribeño, el equipo mexicano realizo un entrenamiento. Para la práctica de
bateo, Karim García se puso “vivo” y fue el primero en meterse a la jaula y
después de varios pitcheos conectó una línea que apenas rebaso la barda del
jardín derecho y con una gran sonrisa dijo: “Yo pegue el primer jonrón en este
estadio”. Luego siguieron otros y el comentario general fue que casi no volaba
la bola.
En las ultimas 5 temporadas que Naranjeros disputo en
el “Héctor Espino” tuvieron 4 líderes jonroneros, Luis Alfonso García del 2009
al 2011 y Jesse Gutiérrez el 2013. García pego 15, 23 y 21 mientras que el “Texano”
20. En el “Espino” la pelota caminaba “sabroso” además contaba con una barda bajita
por lo que los palos de largo metraje abundaban. Pero en el “Sonora” las cosas
son diferentes.
En su campaña de debut fue notable la disminución de
jonrones de un parque a otro, platicando con algunos jugadores, frustrados nos
comentaban de lo poco que viajaba la bola en el nuevo estadio. La frase “En el
Espino ese hubiera sido jonrón” fue recurrente.
Checando estadísticas, los resultados son
sorprendentes, en las ultimas 3
temporadas en el “Espino”, los bateadores de Naranjeros se fueron para la calle
139 veces en casa y 103 en gira. Mientras que en las 3 campañas en el “Sonora”
son 51 y 79.
Un dato revelador es que en el año de despedida del
“Espino”, batearon 53 jonrones, dos más que el total que han conectado en la corta
historia del “Sonora”.
Que si el campo está en un hoyo y esto hace más denso
el aire o que se tienen espacios que permiten corrientes de aire que “matan” el
viaje de la pelota son algunas de las causas que se mencionan…será el sereno
pero la realidad es que para “irse para las tablas” en la casa de Naranjeros
hace falta una buena dosis de estamina combinado con producto avícola.
Bajo esta óptica, Naranjeros además de jugadores
veloces, necesita buenos bateadores de contacto que aprovechen los extensos callejones
y los amplios espacios con los que cuenta el outfield de su estadio.
Para la próxima temporada estará de regreso José Juan
Aguilar, un joven que ha mostrado bastantes argumentos. Para su mala fortuna se
ha visto afectado por lesiones, pero al parecer ya está recuperado y un JJ sano
puede ser muy efectivo. Otro jugador que es probable tenerlo de vuelta es Efrén
Navarro quién por problemas familiares no ha podido reportar en las más
recientes campañas, Navarro es un bateador fino, no de poder pero si de
bastante contacto, en su primer experiencia en LMP no le fue muy bien pero está
deseoso de sacarse la espina y mostrar la calidad que lo llevo a Grandes Ligas.
Para Naranjeros contar con estos dos valiosos elementos en su line up será muy
importante.
El Canguro está de regreso
Desde que surgió la noticia que Travis Blackley
lanzaría con Pericos de Puebla, de inmediato muchos lo ubicaron como un
refuerzo para Naranjeros.
El australiano es un trotamundos ya que ha lanzado en
MLB, LMP, LMB, Japón, Corea y su país natal.
Blackley dejo gratos recuerdos en Hermosillo al ser
el “caballo” de la rotación en el conjunto que gano el título XV en la
temporada 2009-10.
Por lo mostrado con los poblanos, el zurdo de 34 años
luce “entero” y con el inminente regreso de Barry Enright, Naranjeros tendrá un
1-2 muy interesante para encarar la próxima campaña.
Que tengan un excelente día.
Dr. Tomas Alonso Lopez Rios
Twitter. @solobeisbolmx
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