En el
Béisbol de Grandes Ligas existen muchísimos récords y una gran cantidad de
ellos son imposibles de alcanzar y/o superar.
Con los
cambios que ha ido sufriendo el sistema de juego a través de los años, existen marcas que no están al
alcance de nadie.
Hablar de
que un “mortal” supere las 511 victorias de Cy Young, los más de 5,700 ponches de Nolan Ryan, las
1406 bases robadas de Rickey Henderson o los 2632 juegos consecutivos alineando
de Cal Ripken Jr. simplemente es una
vacilada.
Hay
records que son muy circunstanciales, algunos conseguidos por jugadores que “se
cayeron de la cama”. ¿Se imaginan a alguien conectando 2 “Grand Slams” en la
misma entrada y contra el mismo pitcher? Esto lo consiguió en 1999 Fernando
Tatis contra el coreano Chan Ho Park.
Pero hay
otras marcas que aunque son muy difíciles de lograr, si están al alcance. Hay
que tomar en cuenta que los peloteros que las ostentan fueron unos “Fuera de Serie”. Hablamos de
proezas individuales que se imposieron
un una sola temporada.
A
continuación analizaremos 5 récords que todo jugador que participe en una
campaña con rol de 162 juegos podría alcanzar o romper pero necesitaría no solo
de ayuda provincial, sino realizar una hazaña épica.
Los 73
Jonrones.
La frenética
ola de jonrones que se desato a mediados de los 90’s la cual hizo pedazos la añeja marca de 61 de Roger
Maris, tuvo su punto de ebullición cuando Barry Bonds en el 2001 sobrepaso los
70 conseguidos por Mark McGwire en 1998. El récord de Bonds fue una locura, sin
embargo años después al destaparse la cloaca de los esteroides, todas estas
marcas quedaron con un tache, ya que muchos de esos jugadores(Bonds, McGwire,
Sammy Sosa y otros) se vieron ligados con el consumo de sustancias para mejorar
el rendimiento. Con todo y esto la marca está autenticada y luce muy complicado
que en la actualidad con todos los controles antidopajes que existen, alguien
pueda llegar a esos niveles, por lo que se augura que este récord persista por
mucho tiempo. Desde ese 2001, los aporreadores que más se han acercado son Ryan
Howard con 58 el 2006, José Bautista con 54 el 2010 y Chris Davis con 53 el
2013.
130 Robos
de base.
Cuando
nos damos cuenta que en los últimos 25 años los velocistas que más bases se han
estafado en una temporada son Marquis Grissom en 1992 y José Reyes en el 2007
ambos con 78, en ese momento las 130 que consiguió Rickey Henderson en 1982 nos
suenan a una cantidad descomunal. En la era moderna solo 4 “gacelas” han
logrado llegar o pasar los 100 robos de base: Maury Wills(1962-104), Lou
Brock(1974-118), Vince Coleman(1985-110, 1986-107 y 1987-109) y
Henderson(1980-100, 1982-130 y 1983-108). En la actualidad donde los jugadores
son más atléticos, muchos han sacrificado
la velocidad en aras de tener más poder y conectar más cuadrangulares,
por lo que los tipos que roban 40 o más bases escasean, así que encontrar un
“guapo” que llegue a los 100 “hurtos” o amenace el récord de Rickey parece una
Utopía.
191
Impulsadas.
En los últimos
80 años solo 2 jugadores han logrado impulsar 160 o más carreras en una
temporada, ellos son Manny Ramírez(1999-165) y
Sammy Sosa(2001-160). Pensar que alguien pueda remolcar al plato a 191
compañeros tal y como lo hizo en 1930 con los Cachorros de Chicago Hack Wilson
es descabellado. Con la especialización del pitcheo cada vez es más complicado
para los bateadores quienes sobre todo de la 6ta entrada en adelante están
enfrentando a pitchers frescos y muy potentes mientras que en el pasado los
abridores iban por juegos completos y en las entradas finales eran más
vulnerables debido al cansancio.
Batear
.400
Aunque el
.400 no es un récord(Hugh Duffy conecto para .439 en 1898) alcanzar esa cifra
es algo que se ha venido negando las recientes 8 décadas, la última vez que se
hizo presente fue en 1941 con el .406 de Ted Williams. Esto nos habla de lo
difícil que es alcanzarla y aunque en todo este tiempo algunos bateadores han
coqueteado con el .400 terminan quedándose cortos. Casi todos los años en los
primeros 2 meses de la temporada surge algún intrépido que nos emociona con la
idea de superar esta marca pero luego toman su ritmo y la ilusión se diluye.
Los que más se han acercado son: Tony Gwinn con .394 en 1994 aunque fue un año
recortado por la huelga, George Brett con .390 en 1980 y Rod Carew con .388 en
1977. En las ultimas 20 temporadas el porcentaje más elevado ha sido el .377 de
Larry Walker en 1997. Con 75 años esperando que alguien la alcance, la barrera
del .400 parece insuperable hoy en día.
56 juegos
consecutivos dando de hit
Para
muchos la racha de Joe Dimaggio establecida en 1941 es uno de los récords más
difíciles de romper. Tan es así que nadie más que él ha sobrepasado la marca de
50 juegos consecutivos pegando imparables. El “Yankee Clipper” pulverizo los 44
de Willie Keeler conseguidos en 1898. Quién más se ha acercado fue Pete Rose
cuando en 1977 igualo a Keeler con 44.
En los últimos 30 años las mejores rachas han sido de Paul Molitor con 39 en 1987 y Jimmy
Rollins con 38 en el 2006. Sin dudas tienes que ser un prodigio con el bate
para poder día tras día salir y conectar por lo menos un hit, Dimaggio lo era y
hasta el momento aunque prácticamente todos los años algunos peloteros se
enrachan , es raro que pasen de los 25 o 30 juegos dando de hit.
Podremos
o no estar de acuerdo con lo antes expuesto pero lo que no está a discusión es
que seremos afortunados si nos toca ver al valiente que empate o supere alguno
de estos récords…la verdad está bien ca..ñon.
Que
tengan un excelente día.
Hermosillo,
Sonora a 8 de junio del 2016
Dr. Tomas
Alonso López Ríos.
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