31 ene 2018

ENTRE LINEAS Y CURVAS POR: XIOMARA BACA

La señal obscena que el manager Benjamín Gil realizó en su mensaje tras el desfile de campeonato de Tomateros, ‘mancha’ la gran celebración

Fiesta, multitud, porras y alegría total fueron el común denominador el pasado lunes en la capital del estado, durante el desfile de campeones de Liga Mexicana del Pacífico protagonizado por el Club Tomateros de Culiacán, tras vencer en una histórica y disputadísima final a los Mayos de Navojoa en siete encuentros y en entradas extra. ¡Vaya sinfín de emociones las que vivimos quienes disfrutamos de este encuentro! –en casa o en el parque de pelota, sin distingos-, pues literalmente nos mantuvo al filo de la butaca.

Willie Romero y Benjamín Gil utilizaron un mundo de estrategias en la búsqueda del gallardete; hubo detención del juego por un apagón; detención momentánea por el uso de un láser de algún ‘aficionado’: de esos que suelen ‘pasarse de vivos’; jugadores haciendo señas a los de la caseta contraria, y en fin... esos ‘extras’ que hacen al espectáculo de una gran final aún más cardíaco y hasta desesperante.


Cualquiera pudo ganar, pero lo hizo el que mejor ejecutó. Ganó Tomateros y por ende Mayos se queda en el camino luego de un gran regreso donde dejó de manifiesto la garra y el deseo gigantesco de lograr un campeonato. Lo demás es ya parte de la historia.

¿Por qué el recuento? Llamaba mi atención un video que circuló en redes previo al juego siete, donde se veía a Benjamín Gil al parecer en una cena con sus jugadores, y –aclaro- sin decir palabra alguna, hacía el ‘ademán’ de estar pelando un plátano, luego de que alguien le preguntaba cómo les iría en la serie.

Esto naturalmente generó reacciones al por mayor, y aficionados de todos los equipos de LMP brindaban opiniones, donde podía usted encontrar desde la que aplaudía o tomaba a simple ‘carrilla’ lo expresado por Gil, hasta quienes tachaban como egocéntrico y maleducado al ex grandes ligas, reprobando esta acción.

El juego siete llegó y el resultado es el anteriormente descrito, pero para sorpresa de muchos, -no tanta para otros-, el timonel guinda volvió a expresar lo mismo durante el desfile, pero utilizando ahora una señal obscena –ya imaginará cuál-, que literalmente nos remontó a aquélla frase que le dio mayor fama cuando luego de lograr el título diez, expresó ‘nos la pelaron’, refiriéndose a los equipos de Cañeros en semifinales y Charros en la gran final, sobre quienes pasaron en aquella temporada.

Este tipo de acciones son en extremo reprobables, por el simple y sencillo hecho de que Benjamín Gil es visto por muchos como un líder, un ejemplo para la sociedad: ejemplo de talento, de disciplina, de respeto… ahora bien, ¿dónde quedan los dos últimos cuando sabes que a un evento como éste desfile en particular, asisten familias completas? Hablamos de niños y niñas, de madres de familia, de jovencitas; simplemente la sociedad en general que ve en el deporte –refiriéndonos específicamente al béisbol en este caso-, a un medio para incentivar en las nuevas generaciones las características ya mencionadas… Tache grande para el ‘Matador’.

Así no son las cosas: frente a él tuvo a un manager respetuoso dentro y fuera del terreno, y a un equipo peleador; frente a él tuvo a un representativo de una ciudad y de un estado completo, y miles de aficionados no sólo de Mayos, sino de Liga Mexicana del Pacífico merecen respeto.

Aclaro: no tengo absolutamente nada en contra de Tomateros: creo que el conjunto mereció la victoria y el gallardete; creo que el esfuerzo de todos, con refuerzos incluidos, se vio compensado al levantar la corona, y me siento orgullosa de que Sinaloa represente a México en la Serie del Caribe 2018.

De hecho en repetidas ocasiones he expresado mi reconocimiento hacia Gil, pues al estar en el terreno de juego para las transmisiones de RSN del béisbol de Cañeros como local, mi ubicación fue justo a un lado de la caseta de los visitantes; allí tuve un panorama privilegiado de lo que sucede en un dug out, y vi cómo Benjamín tiene gran comunicación con sus jugadores y su cuerpo técnico; fui testigo de cómo corrigió, cómo aplaudió y sobre todo de cómo aconsejó desde el más joven hasta el más veterano, y con eso ganó mi respeto. Pero considero, a manera muy personal, que su lenguaje corporal al referirse a su rival en una final como la que disfrutamos, no ha sido la mejor. Lo curioso es que aunque saliera –en caso de que lo hiciera- a brindar alguna disculpa pública, simplemente no se la creería.

Va desde aquí mi felicitación y reconocimiento a la directiva, cuerpo técnico, jugadores y aficionados del Club Tomateros de Culiacán por su título once, esperando que el tema de los refuerzos dé muchas cosas positivas de qué hablar. Y claro, un abrazo y reconocimiento a todo lo que engloba ‘Mayos de Navojoa’, por haber llegado hasta donde se llegó y por haber sido actores principales en las miles de emociones que disfrutamos en la gran fiesta final de la LMP.

Hasta aquí los comentarios al día de hoy, agradezco su atención y los espero en mi próxima entrega… Porque está usted para saberlo, ¡y yo para contarlo! Gracias y hasta pronto.
 

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