Hubo un tiempo en que ser campeón de Europa te obligaba a unos mínimos. Ya no. Portugal pasea su corona continental sin más ambición que la que demostró en Francia, donde todos los astros se alinearon para que los lusos se proclamaran campeones gracias a una exhibición de competitividad huérfana de fútbol. Tampoco se divirtió el balón en la primera semifinal de la Copa
Confederaciones, porque Chile tampoco mereció los galones de una doble campeona de América. No se divirtió nadie en la noche rusa, inútil el vodka para digerir lo sucedido en el terreno de juego que fue algo cercano a la nada. Los penaltis situaron a los sudamericanos en la final.
Dicen que dos no se pelean si uno no quiere. En fútbol, imponer la construcción frente a la destrucción requiere de maquinaria pesada, gripada en el caso chileno en sus intentos por mimar la pelota, intentando siempre empezar la casa por los cimientos. Todo lo contrario que sucedía en el caso luso, obsesionada Portugal en ir directamente al techo, robando y corriendo para sorprender a su rival. Sin fases intermedias.
Portugal exhibió la misma poca ambición futbolística que le alcanzó para ser campeona de Europa
Con ambas selecciones aún midiendo sus fuerzas, un minuto de vértigo acabó resultando lo único que poner en el plato en toda la primera parte, aburridas hasta las moscas de Kazán. En esas dos jugadas consecutivas, Rui Patricio y Bravo se erigieron en héroes, obligados al máximo por Vargas y André Silva. La oscuridad futbolística ocupó entonces el terreno de juego, a pesar de los intentos grupales de Chile en fase de construcción, comandados por el Tucu Hernández, o los fogonazos de Bernardo Silva.
Cristiano vivía pegado a la banda, centrando cada balón que le llegaba, sin demasiado desborde. Fuegos artificiales para cumplir con su teórico papel de líder portugués. Intentaban presionar los suyos, ante la negativa chilena a rifar el balón, pero todo intento se quedaba a medias. Los de unos y los de otros.
Hubo más llegadas al área en la segunda mitad, aunque el fútbol seguía tumbado en la playa sin ganas de mover un dedo. Arturo Vidal fue uno de los más activos en Chile, mientras Cristiano Ronaldo intentaba replicarle, trasladando su duelo ante los micrófonos al terreno de juego. No ha olvidado el chileno la polémica eliminación europea de su Bayern en el Bernabeu, expulsado de la manera más inverosímil el pulmón. Cosas de Chamartín.
La prórroga asomó en el horizonte sin remedio, condenada esta primera semifinal de la sosa Copa Confederaciones a decidirse por detalles ante la ausencia de grandes exhibiciones. Un escenario que no era nuevo ni para Portugal ni para Chile, acostumbradas a estas lides para lograr sus respectivas coronas.
La mayor atracción del tiempo extra fue ver al colegiado iraní haciéndose el sueco ante la caída de un jugador chileno en el área. Un penalti que pareció claro a favor de Chile, que vestía de blanco, pero que ni fue señalado ni fue repasado por el VAR, cada vez más dudosa su utilidad. Apenas unos segundos antes de enfilar la tanda de penaltis, Vidal y Rodríguez se toparon con el poste en una doble jugada que no acabó en gol de la manera más inverosímil.
Chile, campeona de América en las dos últimas ediciones ante Argentina en los penaltis, demostró que su habilidad desde los once metros no era casualidad y volvió a salir airosa de una tanda, en la que Bravo, necesitado de alegrías tras una temporada más que oscura, fue el auténtico héroe deteniendo tres lanzamientos. Manteado por sus compañeros, el portero liberó tensiones. Chile ya espera rival en la final.
Ficha técnica
Portugal, 0 - Chile, 0 (p)
Chile: Bravo; Isla (Fuenzalida, min.120), Jara, Medel, Beausejour; Díaz, Hernández (Francisco Silva, min), Aránguiz, Arturo Vidal; Vargas (Martín Rodríguez, min.85) y Alexis Sánchez.
Portugal: Rui Patricio; Eliseu, Alves, Fonte, Cedric; Carvalho, Adrien Silva (Moutinho, min.102), Andre Gomes (Martins, min.115), Bernardo Silva (Quaresma, min.83); Cristiano Ronaldo y André Silva (Nani, min.76).
Goles: Tanda de penaltis: 1-0, Arturo Vidal; 1-0, Quaresma (fallo); 2-0, Aránguiz; 2-0, Moutinho (fallo). 3-0, Alexis Sánchez. 3-0, Nani (fallo).
Árbitro: Alireza Faghani (IRI). Amonestó a Carvalho, André Silva, Pablo Hernández, Fonte, Alves y Cedric.
Incidencias: partido correspondiente a las semifinales de la Copa Confederaciones disputado en el estadio Kazán Arena ante 41.855 espectadores (casi lleno).
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