22 ene 2018

JOHAN SANTANA TIENE MERITOS PARA SER NOMINADO AL SALON DE LA FAMA

Sandy Koufax siempre ha sido el punto de comparación para todos aquellos que han tenido carreras grandiosas, pero cortas. Las razones son obvias. Koufax es considerado uno de los mejores lanzadores en la historia del béisbol, pero se retiró a los 30 años y acumuló la mayor parte de su valor en un periodo de seis gloriosas temporadas (1961-1966). Siempre existe la tentación de decir con una carrera fantástica pero corta -- Ron Guidry, Bret Saberhagen, Wes Ferrell, Dave Stieb -- podría ser, como Koufax, un potencial miembro del Salón de la Fama.

Esto es especialmente cierto con el venezolano Johan Santana porque tuvo un dominio similar entre 2002 y 2010. Yo estoy especialmente convencido de que Santana tiene grandes argumentos para merecer un puesto en Salón de la Fama. Fue uno de los dos peloteros que consideré hasta último momento para ver quién se llevaba mi último voto. Ya les contaré más de eso en un minuto.
Pero primero tengo que decir algo: Yo creo que las comparaciones entre Sandy Koufax y Johan Santana son terribles y no le hacen el más mínimo favor a Santana.
Este es el problema con las comparaciones y el Salón de la Fama: Tenemos la mala costumbre de sólo comparar las cosas que hacen lucir mejor nuestro argumento. Por eso es que aquello de "si este tipo entró, entonces este también tiene que entrar", es muchas veces superficial y hasta ridículo.
Todo el asunto Santana vs. Koufax es un perfecto ejemplo de esto.
Digamos que, en efecto, Santana fue tan buen pitcher como Koufax. Es difícil demostrar eso, pues lanzaron en épocas muy distintas y de formas muy diferentes.
Koufax promedió 298 episodios por temporada en sus mejores cuatro años. Lanzó en una época en la que se esperaba que los buenos abridores tiraran toda la ruta. En aquellos cuatro años, terminó casi el 60% de los juegos que abrió.
Santana en sus mejores cuatro años promedió 239 capítulos por campaña. Lanzó en una época de cerradores, y casi nunca le permitían completar sus juegos. En esos cuatro años, completó el 6% de los duelos que abrió.
Koufax lanzó en un periodo en el que el pitcheo era el rey. Además, lanzaba desde un montículo ridículamente alto y tuvo como hogar el que quizás ha sido el estadio que más favorece a los lanzadores desde la Segunda Guerra Mundial. La efectividad promedio de sus mejores cinco temporadas fue 1.95.
Santana lanzó en tiempos de bateadores en un estadio (el Metrodome) que favorecía ligeramente a los toleteros. En sus mejores cinco temporadas, su efectividad (2.82) fue casi una carrera peor que la de Koufax, pero en contexto están muy cerca. (Koufax tuvo 167 de ERA+, por 157 de ERA+ para Santana).
Y finalmente, Koufax lanzó en una época en la que sólo un equipo por circuito llegaba a la postemporada. La Liga Nacional tenía 10 equipos. Uno avanzaba, sin premios de consolación para el resto. O terminabas con el mejor registro de tu circuito o te ibas a casa. Koufax jugó un papel importantísimo -- el más importante de todos -- mientras llevaba a su equipo tres veces en cuatro años a la Serie Mundial.
Santana lanzó en la época del Comodín, cuando cuatro de 14 equipos en la Liga Americana clasificaban a los playoffs. Santana jugó un papel importantísimo -- el más importante -- en impulsar a Minnesota a la postemporada, ganando la División Central de la Liga Americana.
Todo esto lo que hace es recordarnos lo extremadamente complicado que es saber cómo hubiese lanzado Santana en los años 60 o Koufax después del año 2000. Pero tenemos muy buenas estadísticas que nos permiten comprar cada uno contra su liga y contra su época -- y muchas de ellas sugieren a simple vista que Santana en su mejor momento fue similar a Koufax.
No hacen falta métricas avanzadas para crear dicho argumento. Koufax ganó tres veces el Cy Young y una vez el premio al Jugador Más Valioso en un lapso de cuatro años. En su apogeo, Santana ganó dos Cy Young y sin ninguna duda debió haber ganado tres (terminó segundo en el 2005). No ganó ningún JMV, pero ciertamente pudo haber sido elegido en el 2006, cuando se lo llevó su compañero Justin Morneau.
Parecen historias muy similares. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué las comparaciones con Koufax impactan los argumentos para respaldar a Santana?
Bueno, porque todo esto obvia un detallito bien importante: Koufax es una leyenda por lo que hizo en cinco ediciones de la Serie Mundial. Aquello no fue una simple anécdota en su historia. Fue el corazón de su historia. Si Koufax hubiese tenido exactamente la misma carrera, pero su equipo nunca hubiese ganado la Serie Mundial, seguramente hubiese seguido siendo considerado un lanzador espectacular. Seguiríamos hablando de su juego perfecto y de sus 382 ponches en 1965 y de lo triste que fue que su carrera terminase como ocurrió.
¿Pero seguiría siendo Sandy Koufax, la leyenda, el hombre que hace que se te erice la piel cada vez que lo ves en el Dodger Stadium?
Claro que no. Sería como hablar de la carrera de Joe Montana sin los títulos de Súper Bowl. 
¿Hace falta recordar lo bueno que fue Koufax en la Serie Mundial? Sin entrar en muchos detalles, en esa instancia abrió ocho veces, varias de ellas sin su descanso regular, y dejó promedio de carreras limpias de 0.95, además de llevarse dos veces el premio al Jugador Más Valioso. En 1963 silenció a los Yankees (2-0, 1.50 de efectividad, 23 ponches en 18 innings), en 1965 a los Mellizos (2-1, 0.38 de efectividad, 29 ponches en 24 capítulos) y en 1966 a los Orioles a pesar de perder su única presentación (seis entradas, cuatro carreras, una merecida).
Podemos hablar todo lo que queramos de la EFE+ y del WAR de Santana. No fue Sandy Koufax. Nadie lo fue. Koufax fue un hombre de su época, de su propio lugar. Labró su leyenda. 
El argumento a favor de Santana tiene que defenderse solo, sin depender de nadie. Para mí, todo se reduce a una pregunta: ¿Qué tanto tiempo tiene que ser alguien realmente grandioso para merecer la exaltación al Salón?
La carta de presentación de Santana es que desde el 2003 a 2008 fue sin lugar a dudas el mejor lanzador en el béisbol y por mucho.
Victorias sobre un Jugador Promedio (WAA, en inglés) 2003-2008:
1. Johan Santana, 27.4
2. Brandon Webb, 23.3
3. Carlos Zambrano, 20.8
4. Roy Oswalt, 19.4
5. Roy Halladay, 19.2
En esas seis temporadas, fue el mejor en todo. Ganó la mayor cantidad de juegos. Tuvo la mejor efectividad. La mejor EFE+, el mejor WHIP, el mejor promedio en contra. Fue el mejor pitcher, no hay nada que discutir. Entonces, si alguien fue el mejor pitcher o bateador por seis años, ¿debería ingresar al Salón de la Fama?
Sí. Yo creo que debería ser así.
Bueno, no sé si seis años es el número correcto. Quizás debería ser cinco. O quizás ocho. Estas son cosas que valen la pena discutirse. Pero de algo estoy seguro: Creo que este año entrarán cuatro peloteros al Salón de la Fama. Yo no hubiese cambiado a ninguno de ellos por Johan Santana en el apogeo de su carrera.
A pesar de este, pareciese que Santana saldrá de la boleta después de una sola oportunidad. Y eso da tristeza. Si hay una parte de la comparación con Koufax que me gusta, es el hecho de que Koufax nos recuerda a todos del impacto que puede crear un pelotero en un corto periodo de tiempo. Santana no fue Koufax. Pero fue el mejor de su época.
Y por ello debería haber recibido más respaldo del que está recibiendo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.