ESTRELLAS DEL BEISBOL

ESTRELLAS DEL BÉISBOL
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JOSÉ MÉNDEZ Y BÁEZ
Por Héctor Barrios Fernández


Ya en múltiples ocasiones me he confesado admirador de vida y obra de 
José de la Caridad Méndez, también conocido como José de la Caridad 
Valle y Méndez, lanzador cubano cuyo apodo era, sigue y seguirá siendo 
“El Diamante Negro.”
José era originario de Matanzas, Cuba. Nació el 19 de marzo de 1887 o el 
2 de enero de 1885 según la fuente que consulte, falleciendo 
relativamente joven el 31 de octubre de 1928 a los 41 años de edad.
Sólo para ubicarnos un poquito en el tiempo, ese año gana por segunda 
vez las elecciones para Presidente de México el Gral. Álvaro Obregón, 
lamentablemente poco tiempo después es asesinado y el resto de la 

historia seguramente Usted ya la conoce. El Gral. Plutarco Elías Calles 
concluye su mandato como Presidente de México y Emilio Portes Gil ocupa 
el puesto en sustitución del Gral. Obregón.
“El Diamante Negro,” también fue conocido como el “Christy Mathewson 
Negro,” así que con esto ya se imaginará Usted los alcances de José 
Méndez.
En una ocasión John McGraw manejador de los Gigantes de New York, a 
quien apodaban “El Pequeño Napoleón,” dijo refiriéndose a Méndez, “él es 
como Walter Johnson y Grover Cleveland, pero en uno solo.
José de la Caridad se inició en el béisbol profesional en 1908, cuando 
lanzando para el “Almendares Blue,” mantuvo a los Rojos de Cincinnati, 
que realizaban una gira por Cuba, sin anotar carrera en 25 innings en 
tres juegos. El primer juego habría sido un sin hit, pero el segunda 
base Rojo, Miller Huggins, conectó un sencillo en el noveno inning, en 
esa ocasión los poderosos Rojos de Cincinnati se fueron de la Isla 
bastante maltratados.
Méndez era dueño de una pelota rápida que en el trayecto se ponía “al 
rojo vivo” y un lanzamiento en curva que por la manera en que “quebraba” 
era imposible de batear, sacaba ventaja de sus inusuales dedos 
extremadamente largos para darle rotación extra a sus lanzamientos.
De sus primeras siete temporadas, “El Diamante Negro” lideró a la liga 
en juegos ganados y en blanqueadas en cinco ocasiones.
En 1909, José fue compañero de otro tremendo lanzador cubano en la liga 
de su país, Eustaquiño “Bombín” Pedroso quienes “domaron” a los 
agresivos Tigres de Detroit, quienes incluían en su alineación al 
campeón de bateo Ty Cobb y al rey de las carreras impulsadas Sam 
Crawford, que en ese tiempo y en este también equivalen más que Tony 
Gwynn y Vladimir Guerrero juntos, que ya es bastante, los Tigres dejaron 
Cuba bastante atolondrados con un record de 4 ganados y 8 perdidos.
Ese verano, José viajó a los Estados Unidos y dejó un record de 44 
victorias por 2 derrotas. En 1910, se fue con 18-2.
José de la Caridad estaba aún ganando en 1914 cuando sin previo aviso, 
su brazo de oro se murió. Dejó el béisbol por algún tiempo, pero 
resurgió en 1920 cuando se formó la Liga Nacional Negra. Como manejador 
y parador en corto de los famosos Monarcas de Kansas City de James 
Leslie Wilkerson.
José dirigió a los Monarcas y los llevó a tres títulos seguidos de 1923 
a 1925.
En la Serie Mundial Negra de 1924, como manejador, él mismo se dio la 
pelota para iniciar lanzando el juego decisivo y a la edad de 36 años, 
“revivió” como Lázaro quien se levantó y anduvo, lanzó un juego sin 
permitir carrera, una blanqueada contra los fuertes bateadores del 
equipo “Hilldales,” quienes tenían su base en Darby, Pennsylvania, muy 
cerquita de Filadelfia.
Para desgracia del béisbol, José de la Caridad Méndez, “El Diamante 
Negro,” falleció de neumonía a la edad de 41 años, se dice que solo, 
pobre y en el olvido, como desgraciadamente suele suceder con los 
grandes de la historia en cualquier quehacer y disciplina en la vida, 
por fortuna y como acto de justicia, hoy se le reconoce como uno de los 
mejores.
Fue electo al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown en el 2006.
Hoy en www.beisboldelosbarrios.com volvemos a rendirle tributo a este 
gran deportista orgullo de su país, Cuba y de toda Latinoamérica.
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