ESTRELLAS DEL BÉISBOL
(Capítulo VII)
Por Héctor Barrios Fernández.
DÉCADA DE LOS 1910s.
Max Carey. El jugador llamado Scoops causó bastante buena
impresión con los Piratas de Pittsburgh a la edad de 23 años,
robándose 61 bases y anotando 99 carreras para liderar a la
Liga Nacional en ambas categorías. Él acostumbraba a
observar detenidamente el movimiento de los lanzadores en
el montículo, lo cual lo condujo a ser el líder de robos en la
liga en otras nueve ocasiones.
Carey fue manager de los Dodgers de Brooklyn y luego
manejó a dos equipos de la Liga de Béisbol Profesional de
Mujeres.
DÉCADA DE LOS 1940s.
George Case. Este lanzador se cambió a jugar en el jardín
para hacer jugadas defensivas increíbles y llegar a ser uno de
los
velocistas de la década, fue líder de la Liga Americana en
robos de beses en seis ocasiones, jugó para los Senadores de
Washington y los Indios de Cleveland antes de retirarse a los
31 años de edad.
DÉCADA DE LOS 1950s.
Luis Aparicio dejó su huella en las Ligas Mayores
principalmente en el fildeo, retirándose con más asistencias y
doble plays que ningún otro parador en corto, además en las
bases, lideró a la misma Liga Americana en robos durante
cada una de sus primeras nueve temporadas. En 1959
jugando para los Medias Blancas de Chicago, fue declarado
el Novato del Año de la Liga Americana, se convirtió en el
primer venezolano en ingresar al Salón de la Fama del
Béisbol en Cooperstown.
DÉCADA DE LOS 1960s.
Uno de trece hermanos Wills.
El ambidiestro para batear Maury Wills, fue un maestro en el
toque de bola y contaba con la velocidad para vencer la
mayoría de los tiros a primera. Él llegó a primera base en
intento de toque con las bases vacían en 18 oportunidades en
1965, eso le permitió ser líder en la Liga Nacional. Tres
temporadas después se robó 104 bases y fue nombrado el
jugador más valioso de la liga jugando para los Dodgers de
Los Angeles. Fue líder de la Liga Nacional en robos de base
de 1960 a 1965.
DÉCADA DE LOS 1970s.
No solamente Lou Brock lideró a la Liga nacional en bases
robadas en ocho temporadas, sino que también conectó 3 023
hits en su brillante carrera.
En la Serie Mundial de 1968 contra los Tigres de Detroit,
Brock conectó 13 hits a los lanzadores felinos, con ello
empató el record de Series Mundiales. El año anterior contra
los Medias Rojas de Boston, les había bateado 12 hits.
DÉCADA DE LOS 1980s.
Rickey Henderson fue un gran corredor en sus años
colegiales. En Grandes Ligas fue conocido como “el hombre
de los robos.”
El más grande primer bat de todos los tiempos.
Sus 1 406 robos, constituyen un record en las Grandes Ligas,
además en una sola temporada impuso record de 130 bases
robadas en 1982, mientras jugaba para los Atléticos de
Oakland.
DÉCADA DE LOS 1990s.
El una vez estrella de la Universidad de Arizona, Kenny
Lofton, llevó su juego de piernas y su velocidad a los
diamantes del béisbol, donde solamente unos cuantos podían
competir con su velocidad y éxito como primer bat.
Fue líder en bases robadas en la Liga Americana de 1992 a
1996, además ganó cuatro guantes de oro por su magnífico
fildeo en el jardín central, ayudando a los Indios a ganar el
campeonato de la Liga Americana en 1995.
DÉCADA DE LOS 2010s.
Billy Hamilton. Los lanzadores se encuentran en alta alerta
cuando el joven jardinero central de los Rojos de Cincinnati
está en las bases.
Él es sumamente peligroso cuando logra llegar a una base.
En sus primeros 165 juegos, se robó 55 veces la segunda
base y 14 veces la tercera. Además anota fácilmente en un
elevado de sacrificio, aun en los que son poco profundos.
Dicen que jugadores como Mickey Mantle, llegaron a ser de
los jugadores más veloces en el béisbol, no robaron tantas
bases, porque como en su caso, no tenía necesidad de
hacerlo, si algo le sobraba a los Yankees en esa época y en
otras, fue el bateo. Además las lesiones siempre lo
persiguieron.
Así que el béisbol se adapta a sus propias necesidades. Por
eso hay épocas en el béisbol de grandes robadores, otras de
grandes jonroneros, tiempos en los que se echa mano del
toque de pelota, batear y correr, etc., ya volverán tiempos
idos. Cabe lo mismo para el béisbol en general como para las
necesidades de cada equipo.
Y como dijera Bud Black, gran lanzador en su tiempo y por
algunos años manager de los Padres de San Diego y hoy de
los Rockies de Colorado: “Se hace lo que se puede con lo
que se tiene.”
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