ESTRELLAS DEL BÉISBOL
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CUATRO STRIKES Y ESTÁS OUT
Por Héctor Barrios Fernández
En un juego de números como lo es el béisbol, tres strikes y cuatro
bolas son tan entendibles como cualquier otra regla de este deporte.
La tradición de tres lanzamientos fallados por un bateador resultando en
un out, ha estado rondando desde antes de las reglas de los
Knickerbockers en 1845.
El strike cantado apareció en el firmamento hasta 1858, un foul tip no
fue contado como strike hasta 1895 y solamente si era atrapado de aire
por el receptor.
Las bases por bolas aparecieron en 1879, cuando se necesitaba la
escalofriante cantidad de nueve bolas para que a un bateador se le
concediera la base.
El número de bolas para un pasaporte fue reducido a ocho en 1880, a
siete en 1881, a seis en 1884 y a cinco en 1886.
Durante la temporada de 1887, las bases por bolas aún requerían de cinco
bolas para ser concedidas, pero por única temporada en la historia de
las Ligas Mayores, un ponche fue recetado al bateador al recibir cuatro
strikes. Presumiblemente este cambio fue realizado para lograr un
balance entre el lanzador y el bateador, dicho balance comenzó a cambiar
al quitarle restricciones al lanzador a la hora de realizar sus envíos
en 1884.
Antes de 1883, al lanzador le era requerido lanzar la pelota por abajo
del brazo y otras prohibiciones, para 1883 se le permitió hacer la
entrega de los lanzamientos por el lado del brazo, siempre y cuando
fuera de la altura de los hombros hacia abajo, para 1884 esto se eliminó
totalmente y al lanzador se le permitió lanzar por arriba del brazo.
El porcentaje de ponches recetados por los lanzadores fue de 4.7 ese
año, la marca más alta hasta 1957, de nuevo en 1886 sobrepasó los 4
ponches (4.36). Recordemos que también la distancia entre el pitcher
plate y el home plate ha variado.
No sorprendió que la suma de un cuarto strike hiciera que el número de
strikeouts por juego cayera por debajo de tres (2.8) en 1887 y las
carreras anotadas se incrementaran cerca de una por juego (5.2 a 6.1).
Además las bases por bolas fueron contadas como hits en 1887, único año
en que esta regla fue aplicada, causando que los porcentajes de bateo se
elevaran hasta el cielo.
La mayoría de los libros de records, retroactivamente omiten las bases
por bolas a la hora de calcular los porcentajes de bateo de esta
temporada.
Otro cambio importante en 1887, el cual puede parecer raro a los
aficionados de ahora, fue que los bateadores ya no podían solicitar a
qué altura les fueran enviados los lanzamientos.
Antes de ese año, el bateador le podía indicar al lanzador si él quería
el lanzamiento arriba o abajo y la pelota tenía que estar en esa zona
para poder ser marcada strike, el bateador no podía cambiar su petición
en ese turno al bat.
Recuerdo que cuando chamacos jugábamos al beis o al bat en la calle
frente de la casa, a falta de bat, usábamos un palo de escoba u otro
utensilio y con él le pedíamos al lanzador en qué lugar queríamos
exactamente el lanzamiento.
Así era el estilo antes de 1887.
Por eso creo que los niños de las diferentes épocas inventan el béisbol.
A principios de 1887 fue creada una zona de strike, la cual iba de las
rodillas hasta la altura de los hombros, permaneciendo así por las
próximas seis décadas. En 1950 la zona fue redefinida dentro del área de
las axilas del bateador hasta la parte alta de las rodillas.
La designación oficial de la altura límite de la zona, fue alterada de
nuevo en 1988, para quedar definida por: “una línea horizontal en la
parte media entre la parte alta de los hombros y la parte alta de los
pantalones del uniforme.”
El límite inferior cayó de la parte alta de las rodillas a el “hueco
debajo de la rótula” en 1996.
A partir de los tiempos de los Knickerbockers hasta finales del siglo
XIX, las reglas regularmente fueron retocadas por las Ligas Mayores en
un esfuerzo por mantener un balance de emoción y juego limpio.
Algunas reglas duran corto tiempo, otras van y vienen.
Los ponches regresaron a los tres strikes en 1888 y cuatro bolas para
una base por bolas en 1889.
Esos números han permanecido sin cambios desde entonces, haciendo del
marcador de las bolas y los strikes para los umpires, una reliquia que
duró muy poco tiempo en la historia del béisbol.
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