INDEPENDENCE, Ohio— En Las Vegas apuestan en contra de los Cavaliers, y no son los únicos.
Para ser sinceros, no hay muchos que le den a los Cavaliers de Cleveland siquiera una oportunidad en la serie final de la NBA. Tal vez sean los campeones vigentes y tal vez tengan a LeBron James, pero ante Golden State, definitivamente están desfavorecidos.
Solo no se lo digan a ellos.
“Esto de ser víctimas me divierte, porque sí, después de todo estamos defendiendo nuestro título”, dijo el alero de los Cavs, Kevin Love, después de la práctica del sábado. “Intentamos refrendar, que es algo bien difícil. Creo que lo utilizaremos como motivación, pero no vamos a caer en eso. Me es difícil decir que es el caso. No siento que seamos los desfavorecidos. Nos emparejamos bien contra ellos, y creo que ellos dirían lo mismo de nosotros”.
Tal vez, pero mientras los equipos se alistan para el primer juego de la serie, el jueves en Oakland, los comentarios que el alero de los Warriors Draymond Green hizo en octubre, aún resuenan en Cleveland.
Aún dolido después de que los Warriors dejaron escapar una ventaja de tres juegos a uno en la final del año pasado ante Cleveland, el extrovertido Green, quien fue suspendido en el quinto partido de esa serie, dijo que si tiene una oportunidad, planea “destruir y aniquilar” a los Cavs.
Love elogió la competitividad de Green y lanzó una sutil advertencia a todo el norte de California.
“Dijo que nos quería ver”, recordó Love. “Aquí estamos, a partir del jueves”.
El tercer episodio de la trilogía está repleto de historias, la principal es ver si James y compañía cuentan con el suficiente arsenal para un duelo mano a mano con los Warriors, que sumaron al estelar Kevin Durant a un equipo que la campaña anterior ganó 73 partidos antes de quedarse a un triunfo más del campeonato.
Golden State ha brillado esta postemporada al convertirse en el primer equipo en iniciar 12-0 y con un margen de victoria promedio de 16.3 puntos, el mayor en la historia. No es por nada que los apostadores han marcado a los Warriors como amplios favoritos para vencer a los Cavs por segunda ocasión en tres años y recuperar el Trofeo Larry O’Brien que se les escapó en junio pasado.
James solo se refirió a los Warriors como “ese gigante” y “una bestia” después del triunfo en el quinto juego en Boston, una noche en la que superó a Michael Jordan como el máximo anotador en la historia de la postemporada.
James optó por no hablar de los Warriors después del encuentro y prefirió celebrar su tercer título de conferencia consecutivo con Cleveland y su séptima final consecutiva. James tampoco habló el sábado con la prensa, dejándole a Love la tarea de portavoz extraoficial, mientras el mundo del deporte se acerca a un duelo que parecía inevitable desde el momento en que finalizó la serie por el campeonato del año anterior.
Se le preguntó a Love si los Cavs querían a los Warriors.
“¿Querer a los Warriors?” preguntó. “Se han mantenido en la cima, el mejor equipo de la liga durante los últimos tres años. Han sido súper impresionantes. Más o menos pensamos que los veríamos. Han jugado grandioso este año. Obviamente al añadir a un MVP a un equipo que ya tiene a un jugador que ha ganado dos veces el premio a Jugador Más Valioso los hace más impresionantes. Es difícil decir que no lo esperábamos; sabíamos que estarían ahí”.
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