La Habana, Cuba - Dicen los expertos que en el béisbol nada está escrito y, al parecer, de eso se trata el insólito resultado de un partido del torneo nacional Sub 23 de Cuba, en el cual los dos equipos que jugaban resultaron con una derrota en el mismo encuentro.
El hecho es inédito en el béisbol cubano, y ocurrió cuando los equipos de Sancti Spíritus y Camagüey fueron decretados perdedores en un partido correspondiente al campeonato nacional Sub 23.
La decisión fue tomada por los árbitros luego de que ocurriera una tumultuosa trifulca que involucró a la mayoría de los jugadores de ambos equipos en el partido celebrado en el estadio José Antonio Huelga de Sancti Spiritus, provincia ubicada en el centro de Cuba.
En esos hechos fueron expulsados del partido 18 jugadores del equipo visitante, Camagüey, y 16 del elenco local, por lo que ambos bandos quedaron sin la cantidad mínima de jugadores disponibles –las reglas exigen diez atletas- para concluir el partido.
Ante ese escenario se confiscó el juego y se decretó una derrota para cada uno de los equipos.
Actos graves de indisciplina, como los ocurridos en este encuentro, están sucediendo con frecuencia en el deporte cubano, específicamente en el béisbol, lo que ha generado una sensación de alarma entre directivos y aficionados.
Hace algunos años, en el mismo estadio, un jugador persiguió a otro con un bate, lo que produjo un enfrentamiento entre los dos equipos que forzó la intervención policial para controlar la situación.
Hace unos meses, en el estadio Victoria de Girón de Matanzas, un jugador local agredió con un bate a un lanzador del equipo de Villa Clara, y en medio de la trifulca salió lesionado el villaclareño Ramón Lunar, a quien hubo que practicarle varios puntos de sutura en la boca debido a un golpe con el objeto contundente.
La prensa cubana anda escandalizada con estos encontronazos y exige de medidas más severas contra los responsables para evitar hechos violentos en el béisbol cubano.
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