Al Bat
Empalme y su amor por el beisbol
Por Jesús Alberto Rubio.
Con el permiso de Guaymas, claro, hoy rescatemos la
memoria de grandes protagonistas de la pelota amateur y
profesional de Empalme.
Me disculpo porque de momento no recuerdo quien me hizo
llegar el texto de hace años (vía el sitio tinacomics, creo), lo
que agradezco y con gusto lo comparto como un homenaje a
aquellos grandes personajes que enorgullecieron al béisbol
empalmense.
A ver:
“Tal vez sea Empalme la mejor cantera de jugadores que ha
surgido a través de los años y mencionar todos sus
nombres
sería una lista interminable donde podíamos llenar páginas y
más páginas de tanta gloria de la ciudad rielera.
Vamos a retroceder unos años y mencionar algunos de
aquellos protagonistas que a nuestra memoria surgen con la
cooperación de nuestro buen amigo y alma mater del béisbol
amateur del estado, como lo es Maximino Ramírez, quien
una tarde dejó sus ocupaciones de farmacéutico para hacer
remembranzas.
La plática se inició con el “Indio” Juan María, elegante short
stop que brillo por los años de 1932 y 1945, toda su historia
la escribió jugando en el antiguo galerón como se le llamaba
al estadio Sud Pacífico.
Donde muchas veces su manera de jugar levantó de los
asientos a los fanáticos con ovaciones que en los oídos de
Juan María aún han de ser escuchadas.
José María Galaz “Guía Galaz” como centro fielder ha sido
lo mejor que ha surgido de los llanos en Empalme. Jugó de
1922 a 1938, para variar su oficio fue Calderero en el Sud
Pacifico.
Vicente Llanes Chávez, “El Toro Mocho”: jugó de 1918 a
1936. Catcher y antesalista, en varias ocasiones fue llamado
por otros equipos de fuera del Estado para reforzarlos como
lo fue la Cervecería de Sonora y el Sonora de Hermosillo. Al
dejar los arreos de catcher, los cambio por los de umpire.
Alcanzó el puesto de conductor, donde lo jubilaron por el
F.C.
Ángel Castro: la gloria del béisbol pues sus actuaciones por
espacio de 20 años son difíciles de imitar. Un gran Salón de
la Fama.
No queremos pasar desapercibidos tanto jugador salido de
los llanos empalmenses y aunque sea como recordatorio sus
nombres quedaran plasmados en estas líneas, quien no
recuerda a:
David García, Alberto Celaya, Demy Valenzuela, Chapo
Barreras, Félix Villa, Los Palma, los hermanos Camacho,
Kiriki, Manuel y Bocho, los Leal, Lupe, Coty y la Comadre,
Bangue Durán, Morris y Tamacola Ibarra, Churrías Galaz,
Catuti Santos, Pancho Alcaraz, Nico Genestas, Rigo y
Abundio Vargas, Pluma Pérez, Nito y Chevo Meza.
Y qué decir de Pilo Gaspar, Ronnie Camacho, Saúl Villegas,
Mingo Rivera, Rodolfo Hernández, Jaime López, ¡y cuantos
más!..
Y yo agrego: ¡Hasta nuestro dilecto Porfirio Magaña Carrillo
está en la lista de oro como nueva generación!
Es por eso, concluyó el documento, que a la hora de escoger
nombre para el Estadio, eran tantas las glorias que hubiera
sido imposible y por eso con orgullo y honrando a todos se
les nombro Estrellas Empalmenses para que así llevara un
pedacito de cada quien”…
(Continuará)
NETO MUNRO:
Jugué en ese parque de Tampico; primero en 1968 jugando
para los Algodoneros de Torreón de la Liga Central
Mexicana y, posteriormente, en 1970, con los Sultanes de
Monterrey en un partido del rol regular de la Liga Mexicana.
Esa vez lo hicimos de manera experimental para probar la
plaza. Fue un partido contra del Águila de Veracruz, el cual
ese año fue el campeón del circuito.
RODOLFO LARIOS VELARDE:
Jesús: en 1972 se realizó en Tampico un campeonato
nacional de softbol y el parque de beisbol, el cual
efectivamente lo atraviesan las vías del tren fue
acondicionado para tal evento.
Me tocó jugar varios partidos representando al equipo
Gigantes de la ahora Ciudad de México, cuyo mánager
Rubén “El Pato” López Díaz.
Debido a que al final se registró una muy fuerte lluvia,
Tamaulipas fue declarado campeón ya que era el único
equipo invicto. Sonora ocupó el tercer lugar.
LUZ MARINA MARTÍNEZ ARIAS:
Me tocó ver jugar al "viejito" Brovia, Pit Meza, Al Búfalo
Everil, Stan Pitula, Jimmy Ochoa, Pepe Bache, Claudio
Solano y muchos más. Tenía 10 años y me llevaban mis
papás al estadio y a los peloteros extranjeros los veía siempre
qué salía de la escuela Cuauhtémoc qué estaba por la
Matamoros y Coahuila., Por la misma calle, enseguida de
una Iglesia Evangelista, estaban unos bungalows de los
Hoeffer y allí se asistían algunos peloteros, entre ellos los
extranjeros y siempre me saludaban. Bonitos tiempos qué
nunca olvidaré.
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