JD MARTINEZ, ES UNA PIEZA VITAL CON BOSTON

Boston – En el periodo muerto, los Medias Rojas de Boston tenían como prioridad la firma de un ‘macetero’ que impulsara la ofensiva del conjunto.

Después de todo, Boston fue el tercer equipo con menor cantidad de jonrones en la temporada 2017 con 168 en total. Así que salieron al mercado en la búsqueda de un bateador de largometraje para aumentar las expectativas de alcanzar una Serie Mundial.

Y el 26 de febrero, Boston anunció la firma del jardinero J.D. Martínez con la esperanza de haber adquirido esa pieza que le faltaba en la alineación. Y por los resultados alcanzados hasta el momento, la organización pareció encontrar la pieza correcta.

Anoche, los Medias Rojas iniciaban el clásico otoñal en su casa al recibir la visita de los Dodgers de Los Ángeles y Martínez, ciertamente, ha sido uno de los responsables en el excelente desempeño del conjunto esta campaña.

El jugador de ascendencia cubana ha llenado las expectativas de los Medias Rojas y su cuerpo técnico, encabezado por el dirigente puertorriqueño Alex Cora, quien aseguró cuando se concretó el pacto con el jugador por cinco temporadas y $110 millones, que se trataba de una gran adición al equipo no solo por su bateo de poder, sino también por ser un bateador de promedio.

Martínez llegó como jardinero a Boston, pero allí no había espacio para él, ya que los tres puestos en los bosques estaban más que bien cubiertos con Andrew Benintendi, Jackie Bradley, Jr. y Mookie Betts. Así que de entrada, Cora tenía el trabajo indicado para él, como bateador designado, en el medio de la alineación ofensiva.

Y Martínez no hizo quedar mal ni a Cora ni a la gerencia de Boston. Y tampoco se falló a sí mismo, al demostrar que sus números de 2017 entre Detroit y Arizona, no fueron cosa de un solo año.

El jugador le respondió con bateo de .330 de promedio, y disparó 43 cuadrangulares, solo dos menos que en 2017. Y remolcó 130 carreras, el mayor total de su carrera en ocho temporadas, y 26 más que el año pasado.

Un día antes del inicio de la Serie Mundial, Martínez se mostró satisfecho de haber podido cumplir las expectativas que habían en torno a él, pero no estaba enfocado en eso.

“Es una cosa buena. Llegamos aquí (la Serie Mundial) pero todavía nos quedan cuatro juegos. No hemos terminado todavía, por eso no estoy pensando mucho en eso, solo en el enfrentamiento contra los Dodgers, que es la meta mía”, dijo a preguntas de El Nuevo Día.

El poderoso bateador — que jugó alrededor de tres temporadas y media con los Tigres de Detroit antes de ser cambiado en 2017 a los Diamondbacks de Arizona— comenzó su carrera en 2011 con los Astros de Houston, con quienes jugó hasta el 2013. Pero fue en Detroit donde comenzó a dar muestras de su poder, conectando a razón de 23, 38, 22 y 45 cuadrangulares, respectivamente, entre 2014 y 2017.

Sin presión

Martínez aseguró no sentir presión al llegar a Boston, al saber que esperarían de él que hiciera lo mismo en uniforme de los Medias Rojas. Hay que creerle, después de verlo conseguir sus mejores números en promedio de bateo, en remolcadas, en porcentaje de embasado (.402) y en total de bases (.358).

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“En el principio, en el primer par de semanas uno quiere hacerlo bien porque todos los ojos están encima de ti, porque tú eres el jugador nuevo, y quieres hacerlo bien. Quieres poner el nombre en el equipo, y encajar en él”, dijo Martínez. “Pero una de las cosas buenas de este equipo, es que todo el mundo hace buen trabajo y está lleno de buenos jugadores de arriba a abajo”.

Eso contribuyó a restarle presión.

Martínez, sólido candidato al premio de Más Valioso de la Liga Americana, no quiere pensar por ahora en eso, hasta cumplir su compromiso en la Serie Mundial, su primera tras debutar en los playoffs en 2014 con los Tigres.

“No, no estoy pensando en eso. La Serie Mundial es la Serie Mundial. Es la cosa más grande en la pelota. No es algo que pasa mucho (a un jugador o equipo)”, dijo Martínez, quien volverá a jugar en los jardines cuando la serie se traslade a Los Ángeles.