Si con torneos largos los clubes de Liga Mexicana de Verano no se caracterizan por ser muy pacientes con sus refuerzos, ahora que cada calendario de los dos campeonatos a desarrollarse en este 2018 constará de 57 juegos seguramente la tolerancia será menos. Las exigencias de un nuevo sistema de competencia será cada vez más agresiva en la medida como se vayan arrojando resultados. Los Guerreros de Oaxaca despidieron al dominicano Ricardo Nanita, en un movimiento que puede resultar hasta cierto punto extraño tomando en cuenta que su salida se produjo después de seis partidos, pero tal vez como un claro mensaje para el resto los importados.
Resulta estaño también, que después de haberse ido en blanco en los tres primeros choques de la campaña (ante León) le hayan dado las gracias un día después de conectar par de imparables. ¿Acaso fue un acto de indisciplina, maquillado con el argumento de que el conjunto necesitaba más de un pitcher abridor que un bateador? Nanita salió por la puerta de atrás dejando su lugar a su compatriota Juan Grullón. El pelotero de 37 años dejó un pobre promedio de .154 con apenas 2 imparables en 13 apariciones al plato y sin ninguna contribución en el renglón de producidas. Su despido podría ser un caso único en la historia del beisbol veraniego si tomamos en cuenta que el calendario todavía está en pañales. Pero Ricardo en estos momentos y después de nueve jornadas no es el único jugador importado que les adeuda a su equipo y aficionados. El cubano Luis Fonseca, del sotanero Unión Laguna, registra un paupérrimo .176 de porcentaje con 3 hits en 17 turnos y ninguna carrera producida. Su compañero Everth Cabrera (nicaragüense) tiene un promedio todavía más bajo de .152 con 5 imparables en 33 turnos. Félix Pie (dominicano) podría ser noticia en las próximas horas con Bravos de León. Félix batea para .167 con 4 hits en 24 turnos. Y si muchos de los refuerzos están con las maletas listas para regresar a casa, en la misma tesitura habrá que etiquetar a algunos managers cuando sabemos que el hilo se rompe por lo más delgado. El timonel se juega más la chamba que un jugador, porque los resultados negativos caen más sobre su persona. Pareciera no existir pánico en estos primeros nueve partidos, pero no es así. Daniel Fernández y Ramón Orantes tienen en el fondo de sus respectivas zonas a Piratas de Campeche y Vaqueros de la Laguna, en ese orden. Ambos tienen apenas par de triunfos en nueve juegos lo que seguramente podría motivar a sus gerencias a levantar el teléfono y comenzar a realizar llamadas con gente que está en la banca. Fernández tuvo un buen trabajo en invierno con los Venados de Mazatlán. Pero a mucha gente no le gustó su desempeño que calificaron como frío y de poca agresividad, lo que generó al finalizar el calendario su remoción para la próxima temporada. Orantes vivió con los Cañeros un cierre de pesadilla perdiendo los últimos 17 juegos del calendario regular que por poco igualan la peor racha que se haya registrado en este circuito y que estableció Navojoa. Pese a esos parámetros, la organización coahuilense le apostó a Ramón que tomando en cuenta sus últimos 26 partidos como timonel considerando invierno y verano suma ¡24 derrotas! a cambio de dos victorias. Al final de esta semana, donde ya habrá transcurrido casi una cuarta parte del rol regular, seguro que la lista de guillotinados crecerá. Y tal vez por allí hasta un manager se vea inmiscuido.
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