Las reglas existen por algo. Sin ellas, habría caos por doquier, especialmente en un terreno de béisbol.
¿Quién quisiera algo semejante? Quizás Manny Machado, cuyo intento por hacer creer a los umpires que había logrado una atrapada junto a la malla en el Yankee Stadium el martes es digno de ver dos veces:
No se puede culpar a Machado por tratar de engañar a todo el mundo. El muchacho sabe lo que es una atrapada fenomenal.
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