4 may 2017

A TRES DIAS DEL PLEITO....



A tres días de su esperada reyerta, Saúl “Canelo” Álvarez y Julio César Chávez, hijo dijeron poco este miércoles en una conferencia de prensa relativamente sosa, efectuada en las facilidades del nuevo T-Mobile Arena de Las Vegas, que también será sede del combate este sábado.

Un barbudo Álvarez (48-1-1, 34 nocauts) se mantuvo serio durante toda la actividad. Por su parte, Chávez, hijo (50-2-1, 32 nocauts) lucía inquieto. La mayor parte del tiempo estuvo pendiente a su teléfono celular. Llevaba puestas unas inmensas gafas oscuras, que solo se quitó cuando le tocó su turno en el podio.
“Me siento listo. Me siento contento de que la pelea esté a pocos días”, dijo el Junior, quien llevaba puesto un uniforme de sudadera blanco que le quedaba holgado, señal de que está cerca del peso máximo acordado para la pelea: 164.5 libras.
“Sigo en la misma postura: yo vengo a ganar, no vengo solo a pelear. Ya se dijo todo. Estoy aquí para dar una gran pelea y ganar”, agregó.
Cuando regresó a su asiento en el lado derecho de la tarima, Chávez, hijo dejó escapar un gran bostezo.
Sus palabras estaban ausentes de la valentía y el alarde que exhibió en la gira promocional para anunciar la pelea hace varios meses. Para entonces, el hijo de la homónima leyenda boxística mexicana aseguró que vencería al tapatío, y en ocasiones hasta insinuó que Canelo decidió pelear con él porque le estaba huyendo a una pelea con el invicto campeón peso medio, Gennady Golovkin.
Ayer, su tono fue mucho más manso. Igual el de su padre, quien originalmente fue muy agresivo hacia Álvarez en sus expresiones públicas.
“Mi hijo pierde con cualquiera, menos con este”, dijo Chávez, padre hace unos meses. Hoy, su discurso fue algo distinto.
En sus expresiones iniciales durante la conferencia, Chávez comparó esta pelea con sus grandes duelos que acaparaban toda la atención del pueblo mexicano.
“Creo que he vivido momentos muy grandes en mi carrera, donde dicen que México se paralizaba cuando yo peleaba”, relató el mayor de los Chávez.
“Creo que esta pelea es similar o más grande que las mías. Esta va a paralizar a México”.
Cautela de Chávez, padre 
Sin embargo, distinto a cuando se anunció originalmente el pleito, hoy Chávez, padre no garantizaba el triunfo de su vástago. “Sabemos que es una pelea dura, pero podemos ganar. En el ring se gana y se pierde, pero si se lleva una mentalidad positiva todo se puede en el ring”.
El retirado excampeón cerró su turno diciendo “el sábado vamos a ver de qué cuero salen más correas”.
Sin embargo, a preguntas de la prensa, Julio César, padre admitió que los nervios lo están afectando en la antesala al duelo.
“Para Canelo, De la Hoya es como su papá y Oscar debe sentirse un poco nervioso. Yo me siento nervioso como padre. Sé que en el boxeo se gana y se pierde. Sé que Julio puede perder y, pues, que sea lo que Dios quiera”, dijo Chávez, padre.
Oscar, sin embargo, se expresó confiado en el triunfo de la máxima estrella de su empresa, Golden Boy Promotions.
“Yo me siento orgulloso de este evento. Obviamente el Canelo es un boxeador profesional. Él no se prepara para una pelea, más bien siempre está preparado para pelear. Pero estoy seguro de la victoria y orgulloso de ser parte de esto”, expresó De la Hoya.
“Tenemos esta pelea, y ya separamos la fecha en septiembre”, agregó Oscar como insinuando un pleito con el invicto uzbeko Gennady  Golovkin para entonces.
México vs. México
Por su parte, Álvarez aseguró que enfrentarse a su compatriota es un incentivo adicional para brindarle un espectáculo inolvidable a la fanaticada, como sucedió en otros históricos duelos entre mexicanos, como Carlos Zárate versus Alfonso Zamora y las tres ediciones de Marco Antonio Barrera versus Erik Morales.
“Siempre que hay dos mexicanos arriba de un cuadrilátero garantiza una gran pelea. Yo lo daré todo para que esta pelea se incluya entre esas grandes peleas”, indicó Álvarez.
Una gran interrogante entrando a esta semana lo es si Chávez, hijo podrá marcar el peso máximo acordado para el pleito. El Junior tiene reputación de ser indisciplinado en el gimnasio y de incumplir con la báscula.
Para esta pelea entrenó con el legendario técnico mexicano Ignacio “Nacho” Beristáin y con el preparador físico Ángel “Memo” Heredia.
“Llevo 58 años en este medio (en el boxeo), y he manejado a peleadores importantes en Las Vegas. Para esta pelea hicimos una preparación intensa: dos meses encerrados en el centro ceremonial Otomí en uno de los inviernos más crudos que he visto”, dijo Beristáin. “Nos preparamos al máximo para vencer a Canelo. Es un gran boxeador a quien todos quieren enfrentar y vencer, y nosotros no seremos la excepción”.
Por su parte, Heredia manifestó que “este fue uno de los campamentos más importantes para mí. Fueron dos meses de aislamientos muy difícil, pero Julio nos dio lo mejor de él”.
Chávez, hijo no pelea por debajo de las 165 libras desde que perdió ante Sergio Gabriel Martínez el 15 de septiembre de 2012 en Las Vegas. Para esa pelea, su peso oficial fue 158 libras.
Para obligar a que Chávez, hijo de que cumpla con el peso establecido, su contrato estipula que será multado por $1 millón por cada libra de sobrepeso.
Y eso parece haber motivado al Junior durante su entrenamiento.
“(Las 164.5 libras) es un peso que vale un millón de pesos. Tengo que dar el peso porque no quiero pagar esa multa”, indicó Chávez, hijo.
Desde su derrota ante Martínez, el Junior ha pesado 172.5 libras (vs. Bryan Vera I), 167.5 (vs. Bryan Vera II), 171.5 (vs. Andrzej Fonfara), 170.8 (vs. Marcos Reyes)  y 168 libras (vs. Dominik Britsch).
Lo más que Álvarez, campeón de la Organización Mundial de Boxeo en las 154 libras, ha pesado para una pelea es 155 libras.

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