NO SE ACABA EL RACISMO EN EL BEISBOL

Caguas - Los eternos Yankees Bernie Williams y Jorge Posada fueron insultados a granel en el Fenway Park, hogar de sus legendarios némesis Medias Rojas de Boston.

Eso no es algo de extrañar, considerando la intensa rivalidad. Posada no recuerda que los ataques verbales tuvieran tono racista. Sin embargo, para Williams, la experiencia fue algo distinta.

El racismo en los parques de Grandes Ligas cobró notoriedad ayer, luego que corriera la noticia de que el jardinero de los Orioles de Baltimore, Adam Jones, revelera el lunes de que fue insultado con palabras de cargado significado racial durante un juego con los Medias Rojas en Boston.

Jones, afroamericano, dijo que un fanático le lanzó una bolsa de maní y que lo insultaron racialmente en un puñado de ocasiones.

Según el diario nacional estadounidense USA Today, los Medias Rojas indicaron que identificaron al fanático que le lanzó la bolsa de maní a Jones, y fue expulsado del parque.

“Es desafortunado que la gente tenga que recurrir a esos epítetos para denigrar a otro ser humano”, dijo Jones, quien sostuvo que en varias ocasiones fue llamado ‘nigger’, un término sumamente ofensivo para los afroamericanos. El significado y peso despectivo de la palabra viene de la era de la esclavitud en Estados Unidos.

Siempre ha sido un ‘issue’

Para Williams, las palabras de Jones no fueron sorpresivas.

“La cuestión de los insultos de índole racial siempre han sido un ‘issue’, no solamente en el béisbol, sino en todos los deportes. Y no solamente contra las minorías afroamericanas, sino contra las minorías latinas, las asiáticas. Siempre ha habido ese problema”, señaló Williams, otrora jardinero central de los Yankees desde 1991 a 2006.

Como señaló Williams, los casos de fanáticos que insultan con palabras racistas a deportistas profesionales no se circunscribe exclusivamente al béisbol de Grandes Ligas. En el fútbol es una ocurrencia frecuente, y jugadores como Thierry Henry, Clyde Best y Steve Mokone han sido víctimas de insultos raciales no solo de parte de fanáticos sino hasta de entrenadores opositores.

Por su parte, Posada receptor de los Yankees desde 1995 hasta 2011, indicó que recibió múltiples ataques verbales en el Fenway Park y en otros estadios de Grandes Ligas, pero que no recuerda que alguno fuera de naturaleza racial.

“Gracias a Dios nunca tuve una experiencia así”, dijo Posada, quien, al igual que Williams, hizo las expresiones en un aparte con El Nuevo Día durante la conferencia de prensa del Torneo de Exelencia 2017, el cual se le dedica al dúo Yankee. El torneo comienza hoy en el estadio Yldefonso Sola Morales de Caguas.

“Nunca tuve nada como eso, ni allí (Fenway Park), ni en otro parque. Obviamente te abuchean y eso. Pero en Boston ya me abucheaban por ser Yankee”, agregó Posada.

Era mucho peor

Williams, ganador de cuatro Series Mundiales con los Yankees, también reconoció el temple y la disciplina que muestran los peloteros para poder superar esos ataques raciales y desempeñarse lo mejor posible en los partidos.

“Yo entiendo que los muchachos (peloteros) han tratado de hacer lo mejor que pueden dentro de las circunstancias. Hace 15, 20 o 30 años, la situación era peor. Los ataques eran hasta físicos”, relató Williams. “Pero creo que cada día está mejorando esa situación y tengo la esperanza de que en algún momento en el futuro esto ya no exista, que se mida al jugador por su integridad y no por su color”.

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Williams dijo que Grandes Ligas mantiene una efectiva campaña que busca erradicar este tipo de conducta.

“Es un trabajo que nunca va a terminar, al menos por los próximos 15, 20 años y ellos han sido consistentes” dijo Williams. “Y ayudaría que ellos movieran esa campaña al lado gerencial de las franquicias, a la hora de decidir quienes van a ser los líderes de sus departamentos, sus gerentes, sus managers sus coaches. Que miren cómo le pueden abrir esas puertas a las minorías”.

Por su parte, Jones tuvo otra idea para lograr que los fanáticos abandonen esa conducta racista.

“Es patético”, dijo Jones, refiriéndose a su atacante. “Es un cobarde. En vez de expulsarlo del estadio, tienen que multarlos 10, 20, 30 mil dólares. Algo que realmente les duela”.