El mánager subió a la loma a pedirle la pelota a su lanzador estrella, que estaba llegando a cien envíos. El abridor pidió le dejen ir por el último aut del episodio y lo sacó con rodado a sus propias manos, finiquitando el mismo corriendo a pisar primera.
Quizá fue una lección de Yoanner Negrín, de deportivismo y orgullo propio tras los fallos increíbles de los relevistas. Los Leones ganaban el partido 15-2 ante los Bravos. Por si las moscas, Negrín quiso completar esa séptima entrada. Así quedó el score y los Leones se tomaron un respiro enorme. ¡Cómo cambian las cosas cuando hay pitcheo! Una noche después de despilfarrar 14 carreras, los Leones anotaron 15. Ahora sí ganaron.
Ganaron claro porque batearon 18 hits, con gran noche de Héctor Hernández, un suplente que muere por ser titular. Se fue de 7-5, con un jonrón y cinco impulsadas y, ahora sin tanta presión, con sobrio papel en las paradas cortas.
Con los titulares de segunda y short (Flores e Ibarra, y viceversa) tensos y a veces perdidos, un buen refresco es el que el famoso “Vieja” está dando en esta serie.
El paraíso de los bateadores, que es el “Domingo Santana”, fue otra vez bien aprovechado por los Leones. Y hay que decir que en gran parte porque el pitcheo de los Bravos está peor que el de los melenudos.
Cuatro carreras en el primer rollo (tres por jonrón de Yeison Asencio y una por hit de Hernández) dieron a los Leones una ventaja que no perderían. Cuatro más en la segunda (dos por cuádruple de “Pepón” Juárez) y eso ya era paliza.
Pero se necesitaba pitcheo del bueno para no sufrir. Se encargó Negrín de darlo con una actuación de lujo, máxime que lanzar en “La Fortaleza” es hacerlo en un barril de pólvora: siete actos, tres hits, dos bases y seis chocolates. Llevaba una hilera de 13 retirados hasta que dio un pasaporte en la séptima, ya con dos fuera.
Subió entonces Luis Carlos Rivera a aplicarle la grúa. Pero Negrín dijo que no y le respetaron la vara. Usted sabe… Los relevistas y su infame papel en casi todo el año no dan seguridad ni con ventaja de 13.
Dalton Rodríguez lanzó las dos últimas entradas sin hit, con tres ponches.
¿Se imagina usted cuántas victorias tendrían los Leones con las grandes actuaciones de sus abridores?
Pues así lo vivieron ayer con su brillante pitcheo. Negrín ya les ganó cuatro veces recientemente. Y la lección de ayer fue a todos. Me había dicho una semana antes que iba a partirse el brazo en cada noche. Y lo cumplió.
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