27 oct 2019

ADOLFO LUQUE

MARINO MARTÍNEZ
25 de octubre de 2019 08:37 PM, Actualizado 25 de octubre de 2019 08:37 PM

Se cumple un siglo exacto desde que un jugador latinoamericano hiciera presencia en una Serie Mundial de Grandes Ligas. Y hace 86 temporadas, del primer lanzador latino en ganar un juego del Clásico de Octubre.
Se llamó Adolfo Luque, conocido por los norteamericanos como ´´Dolph´´ y en la isla como ´´Habana Perfecto´´. Ocurrió en 1919 con los Rojos de Cincinnati de la Liga Nacional venciendo en ocho juegos (5-3) a los Medias Blancas de Chicago, campeones de la Americana. En esta serie, el cubano tiró cinco entradas tolerando un sencillo con seis ponches propinados.
Luego en 1933, Luque con los Gigantes de Nueva York se encargó de colgar los últimos cuatro ceros del encuentro contra los Senadores de WashingtonSucedió el 7 de octubre de 1933 en Washington, cuando el estratega de los Gigantes Bill Terry llamó a Luque de relevo en la sexta entrada por Hal Schumacher y el cubano retiró a 13 bateadores con sólo dos sencillos permitidos para apuntarse la victoria cuando su equipo anotó tres veces en la parte alta del décimo episodio

La actuación completa de Luque en dos Series Mundiales fue de un triunfo sin derrota, nueve entradas y un tercio de labor con sólo tres imparables permitidos, dos pasaportes y 11 ponches.
Con el último out sacado por el cubano en 1933, comenzó para la capital de la nación una larga espera para regresar a la Serie Mundial que llegó a su final en este 2019.
Cuba era la cantera de jugadores a la pelota profesional de Estados Unidos desde que Esteban Bellán lo hiciera en 1871 con los Troy Haymacker de la Asociación Nacional. En las primeras tres décadas del pasado siglo los cubanos contaban con 18 jugadores en Grandes Ligas siendo los primeros Armando Marsans y Rafael Almeida con Cincinnati en 1911, además de otro grupo grande actuando en las Ligas Negras. El único latino no cubano en la Gran Carpa fue el colombiano Luis Castro, que lo hizo en 1904.
Luque fue la primera gran estrella latina sumando 194 victorias en su carrera, siendo líder de pitcheo en 1923 con 27 victorias, ocho derrotas y efectividad de 1.93. En tres ocasiones lideró la Liga Nacional en blanqueadas y en dos en promedio de carreras limpias.
En esta misma etapa otro cubano fue el segundo latino en jugar la Serie Mundial. Fue un receptor nombrado Miguel Angel González, en 1929 con los Cachorros de Chicago de la Nacional ante los Atléticos de Filadelfia.
Miguel Angel, que también nació en La Habana, actuó durante dos décadas con cinco equipos de Grandes Ligas. Su labor en la Serie Mundial de 1929 fue limitada con un sólo turno al bate con un ponche.
La invasión latina en Series Mundiales
El primer pelotero de Puerto Rico en una Serie Mundial fue Luis Olmo, con los Dodgers de Brooklyn en 1949. Por México, lo hizo Roberto ‘’Beto’’ Avila en 1954 con los Indios de Cleveland. Entre los venezolanos, el torpedero Luis Aparicio en 1959 con los Medias Blancas de Chicago. Por Panamá, Héctor López en 1960 con los Yankees; y por los dominicanos el serpentinero Juan Marichal en 1962 con los Gigantes de San Francisco.
A partir de 1947 cuando Jackie Robinson rompió la barrera racial en Grandes Ligas y luego de la entrada del primer latino negro el cubano Orestes Miñoso en 1949 con Cleveland, comenzó el auge latinoamericano con estrellas como Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Camilo Pascual, Luis Tiant, Tany Pérez, Tony Oliva, Rod Carew y muchos otros hasta llegar a la etapa actual.
En esta Serie Mundial, 17 peloteros latinos actúan entre ambos equipos. Por Washington, los dominicanos Juan Soto, Víctor Robles, Fernando Rodney y Wander Suero; los venezolanos Aníbal Sánchez, Asdrúbal Cabrera y Gerardo Parra, el oriundo de Brasil Yan Gomes. Por Houston, los cubanos Yuli Gurriel, Yordan Alvarez y Aledmys Díaz, los venezolanos José Altuve y Robinson Chirinos; los boricuas Carlos Correa y Martín Maldonado, los mexicanos Roberto Osuna y José Urquidy.
Todos, o casi todos son jugadores importantes para sus equipos logrando que el idioma español se escuche claro y que no se pueda hablar de Grandes Ligas ni de Serie Mundial, sin mencionar a los peloteros latinos.
Pero no podemos olvidar que el cubano Adolfo Luque brilló en una época de discriminación. Y el “Habana Perfecto’’ lo hizo con dignidad y clase dentro y fuera del terreno de juego.


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