ROLANDO CAMARERO, DESTACADO EXTUZO DE GUANAJUATO, UNO DE LOS “CABALLOS DE HIERRO” DEL BEISBOL MEXICANO
(Serie 100 años del Béisbol en Guanajuato)
Jorge A. Cervantes Jáuregui
Rolando Camarero Cruz, nació el 25 de abril de 1943, en Antón Lizardo, Veracruz.
Llegó a los “Tuzos” en la temporada de 1961, vistiendo también la misma franela en el 1962.
En la anécdota de Don Alberto “Charro” Raya, nos platica que Rolando, que en la temporada del 61 ocupaba la tercera base y que era un jovencito de apenas dieciocho años cumplidos, cometía muchas pifias, lo que originó fuertes críticas y presiones sobre el Manager Gustavo “El Chato” Bello para que lo removiera. Sin embargo, “El Chato” lo protegió ya que Rolando venía con la etiqueta de gran promesa y la consigna era que debía jugar y pulir su juego.
Se dice también que la famosa frase que quedó por ahí del “Chato” Bello y que algunos aún recuerdan (“cuídate de todo”), bien le aplicó a Rolando que con la debida paciencia, pudo llegar en la temporada de 1963 apenas cumpliendo los veinte abriles, a “Los Rojos” del Águila del Veracruz de la Liga Mexicana de Béisbol. De inmediato se le dio oportunidad al haber jugado en 97 encuentros. Si bien su promedio de bateo fue bajo (0.229), regó 67 hits, entre ellos 5 jonrones.
En la fotografía, tomada del portal del Salón de la Fama del Béisbol Mexicano, aparece muy joven, enfundado en la franela del “Águila”. La siguiente temporada, se estableció como titular desempeñándose principalmente en la segunda base. Vale la pena comentar que durante su carrera, ocupó distintas posiciones: la tercera colchoneta, la segunda, alguna temporada el campo corto y al igual en otras los jardines.
Esto es, un llamado “utility” por lo valioso que representa para un manager, el poder ubicar a un pelotero en varios puestos a la defensiva. Su brillante paso por la Liga Mexicana de Verano se puede resumir en que jugó 15 temporadas. De ellas 13 con el Águila de Veracruz. De ellas, una parte la jugó con Petroleros de Poza Rica y otras dos con los Rieleros de Aguascalientes y Alijadores de Tampico.
En 1967 tuvo una breve incursión en un equipo de triple A de Vancouver, en Canadá. Sus números finales que se pueden consultar en La Enciclopedia del Béisbol Mexicano, indican que su porcentaje promedio de bateo fue de .269 milésimas con 1,688 hits, 743 carreras anotadas y 818 producidas. Estos números lo colocan entre los mejores de todos los tiempos en esos departamentos. Hay otros en los que tiene también lugar destacado.
En cuanto a batazos de cuatro esquinas, hizo volar a “Doña Blanca” tras la barda en 147 ocasiones y debido a ello, lo ubicamos en el tercer lugar de entre los extuzos que dieron más batazos de cuatro esquinas en la Liga Mexicana de Verano. Recordemos que Elpidio Osuna es el primero, con 184, Lorenzo López con 171. En la Liga Mexicana del Pacífico participó 11 temporadas, ocho de ellas con los Yaquis de Ciudad Obregón, dos con los Cañeros de Los Mochis y una con los Ostioneros de Guaymas. En la liga invernal su porcentaje fue de .248 con 49 jonrones y 228 impulsadas en 653 encuentros. En cuatro temporadas en la Liga de verano, bateó arriba de .300, aunque se puede decir que casi 5, pues en una quedó a una milésima de la cifra mágica. Logró el campeonato de la liga con el “Águila” en 1970.
Colaboró para la causa con una tremenda temporada en la que bateó para 0.304 milésimas, con 27 cuadrangulares y 91 carreras impulsadas. Algo que lo distinguió sobre manera, aunada a su calidad, fue su consistencia, disciplina y fortaleza. Esto queda demostrado al poseer la marca de más juegos jugados en una temporada con 161, en el año de 1969, y no solo eso.
Durante veinte años, mantuvo la marca de más juegos jugados consecutivamente con 1, 166 (de 1968 a 1976). Imagínese Ud., amable aficionado; 9 temporadas sin faltar a un juego, independientemente de problemas personales, sobreponerse a los físicos, etc… De ahí que se le ha nombrado como uno de los “Caballos de Hierro” del béisbol nacional, o también en su momento, el “Lou Gerigh” mexicano. Se sabe que en la temporada de 1975 en la que ya el número de juegos consecutivos era altísimo, fue cambiado de Aguascalientes a Tampico, movimiento que se efectuó durante la temporada. Hubo de viajar apresuradamente a fin de no perder la secuencia de partidos jugados. Alcanzó a arribar a Tampico y participar como corredor emergente.
Finalmente, ese récord, fue rebasado en el mes de abril de 1996 por Gerardo “Polvorita” Sánchez que completo su juego consecutivo 1,167. Gerardo Sánchez logró acumular 1453 partidos. Por cierto, que este notable pelotero, perdió la secuencia de partidos seguidos de una manera sumamente triste. Se leyó en la prensa de la época que debido a una contingencia ambiental, el vuelo en el que debía viajar parte del equipo para cambiar de sede en una gira, se retrasó.
En ese grupo iba “El Polvorita”. La primera parte del equipo que viajó primero apenas llegó completo e inició el juego. Lamentablemente para Él, el juego fue muy cerrado y de poca duración. Aún y cuando Gerardo logró llegar al estadio, hacía una hora que había concluido el encuentro. Gerardo Sánchez acaba de ingresar al Salón de la Fama, luego de 20 consistentes temporadas.
Al igual que Osuna, López y Villalobos, Camarero también ha sido nominado para el Salón de la Fama del Béisbol Nacional. Se encuentra propuesto en la categoría de veteranos. Ha continuado dentro del béisbol como manager. Ha dirigido en distintos momentos al equipo de sus amores, “Los Rojos” del Águila del Veracruz. Así mismo, a los “Cafeteros” de Córdoba y a varios equipos durante las ligas invernales del sureste del País.
Dentro del “Águila”, es considerado entre los peloteros de mayor nivel que hayan participado en la historia de la novena porteña. De entre los peloteros históricos de dicho Club, su nombre destaca junto al de Martín Dihigo, Ramón Bragaña, Santos Amaro, Mario Ariosa, Lino Donoso, Alfred Pinkston, Miguel “Berrecil” Fernández, Ramón Arano, “Pilo” Gaspar, Francisco “Chico” Rodríguez, Allberto Osorio, Rogelio “Borrego” Álvarez, Roberto Ortiz.
Hay una distinción que el Club ha dado al retirar el número que portaban algunos de sus peloteros emblemáticos en su uniforme. El número 25 de Camarero es uno de ellos. Rolando Camarero volvió a nacer en el mes de noviembre de 2006. En ese tiempo, era manager de un equipo en Acayúcan, Veracruz, en la liga de invierno.
El dueño de ese equipo era un poderoso magnate ganadero sumamente influyente y polémico. Al concluir un juego, Camarero, amigo del ganadero, fue invitado a subir junto con otras cuatro personas al auto que aquél conducía.
En una de tantas terribles acciones que desde hace algún tiempo a la fecha aquejan a nuestro flagelado país, el auto, a pesar de que llevaba escolta, fue interceptado y balaceado por un grupo de sicarios. El ganadero y tres personas más resultaron muertos. Camarero resultó herido.
“El Caballo de Hierro”, pudo sobrevivir a ese atentado en el que estaba como suele ocurrir, en el sitio y momento menos adecuado.
Ahora le fue permitido, si bien ya no como en su época de jugador, llegar a 1,166 juegos consecutivos, sí dar continuidad a su vida. Si ahora en el otoño de su vida recuerda aquella frase que el “Chato” Bello le decía en sus inicios como pelotero, “cuídate de todo”, seguramente ahora le encontrará más sentido.
Pudo recuperarse y regresar al béisbol y continúa dirigiendo equipos. Otro brillante “Tuzo”, que es recordado en esta serie, a 110 años del inicio del béisbol en Guanajuato. Este gran pelotero veracruzano miembro del Salón de la Fama del béisbol guanajuatense falleció a la edad de 76 años en Tecamachalco, Puebla, donde radicaba en los últimos años.
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